El prestigio de Perú en el extranjero
Por: Carlos Meneses
Todos los poderes del Estado deben ser conscientes de que la única manera de mantener vigente la democracia en el país es respetando la vigencia de libertades y a los poderes legalmente constituidos. Lo contrario supone descrédito internacional y grave vulneración a pronunciamientos ciudadanos definidos en un referéndum.
Cada vez son más frecuentes las acciones de gobierno que ponen en apuros a la Cancillería y que no prestigian a un régimen que confronta graves problemas al interior de la República, evidenciando que en un continente polarizado como es América no nos colocan en una posición privilegiada que debiéramos tener por tratarse de una Nación que tiene origen democrático y que está procurando resolver graves dificultades en lo económico y social.
Lo que ocurre ahora es un lamentable conflicto derivado del afán de mayoría de congresistas empeñados en abrir un proceso sumario a los miembros de la Junta Nacional de Justicia (JNJ) con el evidente afán de procurar su destitución y remplazo con gente que tendría un origen distinto al que aprobó en referéndum mayoría de población; liquidando con su voto al Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) en la vigilancia y nombramiento de las autoridades judiciales de la República.
Que las Naciones Unidas se pronuncien sobre lo último tratado evidencia la necesidad de corregir lo que a todas luces parece un error de procedimiento, que ha merecido que organismo internacional se manifieste en contra y que ahora se llegue al extremo de proponer el retiro del país de la organización que ayudamos a crear y que garantiza la paz entre las naciones y un adecuado trato con los problemas nacionales que pueden significar daño a la democracia.
De todos los errores cometidos, el que motiva nuestra preocupación es aquel que ha provocado inquietud ciudadana y que supone un desborde en las atribuciones del Congreso, así como un alejamiento de normas que nos presentan como una Nación irrespetuosa de las formalidades de un país que quiere y debe vivir con lineamientos democráticos y de respeto entre los poderes del Estado.