Mercantilismo e ineficiencia
Por: Christian Capuñay Reátegui
El último fin de semana, un integrante de mi familia extendida requirió asistencia médica. El servicio de emergencia de la conocida clínica a la cual acudimos nos informó sobre la urgencia de hospitalizar al paciente y realizar algunos exámenes exploratorios para dar con el origen del mal. Pero era necesario realizar un depósito de 8,000 soles como adelanto y con la perspectiva de desembolsar una cantidad de dinero mucho mayor al alta en vista de que no había un seguro médico de respaldo.
Consideramos el monto exigido un exceso y así lo hicimos saber. En respuesta, el personal de la clínica nos sugirió amablemente recurrir a los servicios de la red pública de salud, no sin antes pedir la firma de ciertos documentos que los libraban de cualquier responsabilidad en caso el enfermo falleciera.
Por consiguiente, nos dirigimos a un antiguo hospital público donde la revisión clínica y todos los exámenes y procedimientos tuvieron un costo que no superó los 250 soles.
El desembolso de dinero en el hospital público fue minúsculo en comparación con lo que exigía la clínica, pero el correlato fue sufrir el calvario de un servicio que deja mucho que desear. Los enfermos deben esperar durante horas [en nuestro caso fue casi 24] a la intemperie o en ambientes inadecuados, pasando frío, incertidumbre y con muy poca empatía de parte del personal para quienes es probable que los pacientes sean unos más de los tantos que acuden a diario en procura de atención. Además, el hospital carece de capacidad para proporcionar los medicamentos e implementos requeridos, por lo cual ello es responsabilidad de los familiares.
Resulta increíble la diferencia en el costo de los servicios de salud en el sector privado y el público. Dudo de que ese contraste abismal de precio por exámenes idénticos esté justificado, especialmente si sabemos que la técnica y los procedimientos médicos son idénticos en uno y otro lado. Es posible que existan diferencias, pero no creo que valgan miles de soles. En este punto cabe recordar el comportamiento de ciertas clínicas durante la pandemia, el cual les generó críticas e incluso la amenaza de expropiación por parte del gobierno, En esencia, estos establecimientos siguen siendo empresas mercantilistas para las cuales la salud es un instrumento de lucro. Y todo ello ante la permisividad de quienes justifican tal política debido a que supuestamente estamos en una economía de mercado.
Por otro lado, el presupuesto público del sector Salud aumenta cada año, pero no se traduce en mejoras para los usuarios. La emergencia sanitaria ya culminó hace buen tiempo, pero la situación deplorable que esta expuso aún no tiene solución. Y quienes padecen el mercantilismo de los privados y la ineficiencia de los públicos son los ciudadanos, especialmente aquellos que por diversas circunstancias carecen de un seguro. Si no tienes 8,000 soles de adelanto tendrás que ir a un hospital donde te enfrentarás a una pesadilla.