Miguel Castilla Rubio, ex titular del MEF y director de VIDENZA.

Por: Germán Yuca Ch.

Desde el 2016, la economía peruana ha experimentado diversos reveses que tras la pandemia que la llevaron a caer drásticamente; de modo que hoy la proyección de crecimiento a decaído de 3% anual a cerca al 1%. Para el exministro de Economía y Finanzas, Luis Miguel Castilla Rubio, una de las maneras más eficientes de sobrellevar este estancamiento es promover proyectos mineros de gran escala, mismos que dinamicen la economía y den espacio a la recuperación económica. 

Desde el inicio de los años 2000, y durante casi veinte años, el Perú construyó una política fiscal sólida que parecía indiferente a las crisis económicas globales. No obstante, desde la crisis sanitaria ocurrida en el 2020, experimentamos un grave decrecimiento que nos posiciona como un territorio inseguro para grandes y medianas inversiones internacionales. 

«Pese a tener una fortaleza macroeconómica significativa, durante el segundo trimestre del 2020 fuimos el país con la caída económica más profunda del mundo. (…) Para el 2024 el Banco Central de Reserva proyecta, en el mejor de los casos, un crecimiento de 0, 9% y el MEF un 1,1%; lo que sería una fracción de lo que crecíamos hace unos años (6% en el 2013 y 3% en el 2018)», sostuvo el exministro de Economía y Finanzas, Luis Miguel Castilla Rubio

Asimismo, los conflictos sociales generados por la falta de claridad en las políticas del gobierno central han mermado la confianza de los inversores, lo que se traduce como el estacionamiento de las inversiones e, incluso, su afectación, como ocurre con la minería. 

Ante esta grave situación, resalta el rol de la minería. Un sector fundamental y con un potencial enorme de crecimiento para el país. Mismo que se ha reflejado en el crecimiento pre pandemia global e incluso en el año en curso. «De no ser por la minería, durante este año estaríamos en una recesión de -1 o -2. En el 2023, como dicen coloquialmente «la minería ha parado la olla», acotó Castilla Rubio. 

Aunque el crecimiento económico se percibe muchas veces como algo distante y ajeno a la realidad del ciudadano de a pie; cada punto porcentual que se deja de crecer representa aproximadamente 150 mil puestos de trabajo que no tienen lugar. Es decir, el crecimiento o estancamiento repercute en todos los niveles y perjudica a todos los estratos sociales. 

«Somo el segundo productor de cobre en el mundo y, considerando el cambio de paradigmas internacionales, habrá una demanda de cobre mayor. Incluso se prevé que en los próximos 25 años se duplique la demanda del cobre. Lo que representa una oportunidad muy grande para el Perú», sostuvo el exministro de Economía y Finanzas. 

 El panorama a futuro aún es incierto, no obstante queda en evidencia que promover actividades de gran potencialidad de crecimiento y dinamización económica son pieza clave ante brechas sociales. Razón por la que es necesarios que tanto autoridades como población sepan la importancia de esta actividad y fomenten au realización.