Aumentan personas que piden limosna e indigentes en el Centro Histórico

Por Orlando Cáceres V.

Cada vez son más los menesterosos que se ubican en el Cercado. Estas personas viven con problemas económicos y mentales y sus allegados no los apoyan. En ambos casos son cerca a 300 que se ubican en las calles céntricas de la ciudad, provocando la compasión, solidaridad y preocupación de los transeúntes.

LA MAYORÍA SON ABANDONADOS POR SUS FAMILIAS

La gerenta de la Sociedad de la Beneficencia de Arequipa (SBA), Lourdes Rivera Coraci, aseguró que los indigentes o personas que mendigan en el Centro Histórico no reciben el apoyo de sus familiares para sobrevivir. Varias de estas personas tienen enfermedades mentales que dificultan su integración a la sociedad.

En el Centro de Atención Residencial (CAR) Hogar Las Mercedes (ex Chilpinilla) se tienen 80 pacientes. Para ingresar a este lugar, la SBA realiza un estudio a la persona para verificar que se encuentra en un total abandono; pero, en el caso de los que caminan en las calles de la Ciudad Blanca, estos no son internados porque tienen familiares que deberían hacerse cargo de su atención.

“Varias veces las familias solo se quieren deshacer de ellos y no encuentran mejor oportunidad que pedirle a la SBA que se encargue de una obligación que a ellos les corresponde. Pero, no nos compete ni a nosotros ni a ninguna otra entidad estatal”, expresó Rivera Coraci.

En las calles del Centro Histórico se observa cada vez más personas que deambulan por sin rumbo y expuestas a diversos peligros.

Según el gerente de Seguridad Ciudadana de la Municipalidad Provincial de Arequipa (MPA), coronel ( r ) Jorge Padilla Juárez, ellos tienen problemas de salud mental o pasan dificultades económicas. Sin embargo, reiteró que -por lo general- el Serenazgo de la comuna solo los disuade ante los constantes llamados de los vecinos.

“Nosotros por estadística normalmente tenemos entre unas 200 o 300 intervenciones de esta naturaleza (contra mendigos y orates) en cualquier punto de la ciudad”, resaltó el funcionario.

En las intervenciones también participa la Gerencia de Servicios al Ciudadano con los policías municipales. El jefe de esa área, Yoni Apaza Yucra, comentó que hay alrededor de 70 efectivos en esta dependencia para atender a este grupo poblacional en vías del Centro Histórico (ámbito donde labora esta unidad).

Apaza Yucra resaltó que para tratar esta problemática tratan de coordinar con la Gerencia de Desarrollo Social de la MPA -encabezada por Ismael Samos Rivera- para que coordine ayuda y atención, pero es muy reducida.

“Todas las gerencias coordinamos (…) Samos Rivera ve el tema social, por lo que estamos en constante organización”, expresó Yoni Apaza.

MENDIGOS PIDEN AYUDA CON YAPE

De otro lado, Yoni Apaza resaltó que también tomaron acciones contra los mendigos que se encuentran en vías como la calle Mercaderes, San Juan de Dios e incluso la Plaza de Armas. 

Por lo general, estos sujetos tocan algún instrumento, cantan o -simplemente- piden dinero a los transeúntes. En algunos casos, incluso, los individuos colocan letreros en los que dan a conocer sus redes sociales o el código de la aplicación Yape para que les depositen diversos montos por su trabajo.

En este caso, Jorge Padilla detalló que -simplemente- los disuaden ante los reclamos de algunos residentes. El coronel en retiro negó que hayan ocurrido enfrentamientos entre los serenos y estos individuos. El servidor estatal también admitió que esas personas acostumbran retirarse cuando el personal de seguridad de la comuna los interviene. No obstante, después van a otras zonas a deambular o pernoctar.

Jorge Padilla y Yoni Yucra también relataron sobre la nacionalidad de los sujetos. Varios ciudadanos uruguayos, venezolanos, argentinos, etc. tienen diversas actividades relacionadas a este tema en el Cercado. Algunos de estos venden artesanías, piden unas monedas a cambio de un regalo o suben a las unidades de transporte público a contar su historia.

Pese a que ninguno de los dos dio estadísticas sobre este punto, ambos acotaron que -a su parecer- notaban que la cantidad de foráneos y arequipeños en las calles era similar.

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