Por: Carlos Meneses

Perú y el Ecuador estarán unidos para enfrentar problemas comunes que derivan de la delincuencia y del narcotráfico.

Por muchas razones, unas para bien y otras para mal, en la vida del Perú y el Ecuador ha habido coincidencias y diferencias. Hoy estamos ante la realidad que confrontamos los dos países que tenemos la obligación de mantenernos unidos y fraternos en una coyuntura desfavorable para todos.

El narcotráfico y, en tiempos menos recientes, el terrorismo nos ha afectado y lo que es peor ahora descubrimos que se denuncia una fuga de armamento peruano y su presencia en la violencia detectada en Guayaquil y en otras ciudades del Ecuador.

Es necesaria no solo la participación peruana en esclarecer los hechos, sino también el ponernos de acuerdo para buscar la paz y la reconciliación. Asimismo en hacer todo lo posible para unirnos en buscar soluciones a problemas comunes.

Nos parece bien que el gobierno de la presidenta Boluarte haya adoptado medidas rápidas y eficaces en la zona fronteriza para devolver normalidad al terror que evidenciaron bandas delincuenciales ecuatorianas y debemos estar seguros de que narcotraficantes y delincuentes se han unido contra los 2 países y combatirlos, como se ha hecho inmediatamente después de conocerse los atentados contra la estabilidad democrática de las 2 naciones, es lo mejor.

Lamentamos lo infelizmente ocurrido y exigimos un esclarecimiento de lo sucedido y una ratificación de nuestra voluntad de acercarnos a Ecuador en un momento difícil no solo para expresar pesar por la pérdida de vidas sino por las preocupaciones que nos embargaron en las últimas horas.

Perú y Ecuador tienen un destino común y al parecer confrontan a enemigos que no son diferentes. El narcotráfico y la delincuencia actúan contra los bondadosos y en hora de prueba estamos a lado de quienes somos hermanos y les ayudaremos en todo momento.