Por Jorge Turpo Rivas

El corte del servicio de agua potable en Arequipa puso en agenda el tema de fondo: ¿Qué proyecto se necesita para que los usuarios no se vuelvan a quedar sin agua por tantos días?

¿QUÉ HACER PARA QUE AREQUIPA NO SE QUEDE SIN AGUA?

Los especialistas consultados por El Pueblo y la propia empresa Sedapar, coinciden en señalar que se requiere la construcción de una represa exclusiva para el uso poblacional.

Actualmente la cuenca regulada del río Chili cuenta con siete represas, pero ninguna es de uso exclusivo para la población. El agua que almacenan se comparte con la actividad agrícola, industrial y minera.

“La prioridad del abastecimiento de agua es el consumo humano y lo que no se ha hecho los últimos 20 a 40 años en Arequipa es construir una represa exclusiva para producir agua potable, donde incluso se prohíba las piscigranjas que ensucian el agua. Se necesita esa inversión de manera urgente”, indica Mario Calderón, exgerente de infraestructura del Gobierno Regional.

Agrega que, a pesar de esta necesidad, ninguna autoridad toma un liderazgo real y promueve ese proyecto con acciones concretas.

“Con una represa exclusiva para el uso poblacional se harían bocatomas directas a las plantas de tratamiento y ya no habría el problema de turbidez y arenamiento por huaicos que ocurren ahora y nos dejan sin agua”, explicó Calderón.

A mediados del año pasado, el gobernador regional, Rohel Sánchez, recibió en su despacho a una comitiva de la empresa Sedapar, encabezada por su gerente, Carlos Monge, para recibir la propuesta de la hacer realidad la represa para uso poblacional.

El acuerdo fue iniciar la elaboración del perfil, pero más de seis meses después no hay ningún avance.

Monge, en conferencia de prensa de ayer, reiteró que esa represa es una solución al problema de abastecimiento de agua potable en Arequipa, pero escapa de la competencia exclusiva de Sedapar.

“Una de las soluciones a largo plazo es una represa sólo para consumo humano, pero ahí se tiene que involucrar el gobierno regional y otras entidades”, dijo el gerente.

Por su parte, Ronald Fernández, jefe regional de la Autoridad del Agua, lanzó un dato certero: para el 2035, en apenas doce años, Arequipa ya no demandará setenta millones de metros cúbicos de agua para consumo humano, sino serán ciento cuarenta, el doble. “La población sigue aumentando y tenemos las mismas represas”, advirtió.

FINANCIAMIENTO

El gerente de Sedapar explicó las posibles alternativas para financiar la construcción de una represa. Mencionó el apoyo del gobierno regional como una opción, pero agregó dos más: que se haga un nuevo convenio con Cerro Verde para cobrarle el dinero por el uso del agua de la planta de tratamiento de aguas servidas de La Enlozada.

“Y la otra opción es pedirle a la SUNASS un incremento en las tarifas para trasladarle el costo de esa inversión a los usuarios”, comentó.

Sin duda, la última alternativa sería la más traumática, pero alguna fórmula se debe definir para ejecutar ese proyecto tan necesario.

Monge agregó que una solución temporal a situaciones de emergencia como la que afronta la ciudad, es cambiar el punto de captación de agua para las plantas de tratamiento, pero también requiere una millonaria inversión.

Mario Calderón, también proponer que se haga una especie de pre-planta de tratamiento, es decir un espacio o módulo donde se capte una cantidad de agua y se decante los lodos o turbidez antes de que ingrese a las plantas de tratamiento.

“También debemos pensar en construir una represa en la zona oriental, hasta el momento no se ejecuta la represa de Toma Grande en Mollebaya que ayudaría mucho para dar agua a toda esa zona”, recordó Calderón.