Autoritarismo y democracia rigen el gobierno peruano
Según estudio de The Economist régimen hibrido de Perú está al nivel de Bangladesh, Malawi, Zambia, Liberia y Fiji.
En el informe más reciente del Democracy Index 2024, elaborado por la Unidad de Inteligencia de The Economist, se destaca que Perú continúa manteniendo la condición de «régimen híbrido». Este término se refiere a un sistema político en el que coexisten elementos tanto autoritarios como democráticos.
A pesar de las expectativas de mejoras, el país no ha logrado avanzar en su posición, ya que por segundo año consecutivo se le clasifica en esta categoría. La prestigiosa revista The Economist ha subrayado la persistencia de rasgos autoritarios en el sistema político peruano. En el Índice de Democracia 2023, Perú comparte categoría con países como Bangladesh, Malawi, Zambia, Liberia y Fiji, ubicándose en el puesto 77 con un índice de 5.81.
En el primer año de la presidencia de Dina Boluarte, el Perú no logró revertir su clasificación como «régimen híbrido» según el Índice de Democracia de The Economist. La pérdida previa de la categoría de «democracia imperfecta» en 2022, atribuida al fallido golpe de Estado de Pedro Castillo y a la represión gubernamental durante protestas, persistió en el último informe.
¿Qué puntúa este índice?
En el año 2023, el índice de democracia de Perú alcanzó 5.81 sobre un máximo de 10 puntos, revelando un desempeño que dista de los estándares ideales. La evaluación se basa en cinco indicadores cruciales: proceso electoral y pluralismo, libertades civiles, funcionamiento del Gobierno, participación política y cultura política. Sin embargo, los valores específicos para cada categoría revelan áreas de preocupación significativa.
En el aspecto positivo, el proceso electoral y pluralismo obtuvo un puntaje destacado de 8.75, reflejando cierta fortaleza en la conducción de elecciones y la representación pluralista. No obstante, resulta alarmante que las libertades civiles, con un puntaje de 6.47, no alcancen un nivel más elevado, indicando posibles restricciones a la libertad individual.
El funcionamiento del Gobierno, evaluado en 5.71 puntos, y la participación política, con un modesto 5.00, sugieren desafíos en la eficacia gubernamental y en la implicación ciudadana en el proceso político. La cultura política, con un preocupante puntaje de 3.13, revela un terreno particularmente débil, señalando la necesidad de abordar deficiencias fundamentales en la comprensión y participación cívica en la sociedad peruana.