Por Carlos Meneses

“Si tenemos fe en la selección nacional ¿Por qué nos falta corazón para dárselo al Perú como nación?”.

Una vez más los peruanos tienen un motivo de unidad, de defender los colores blanco y rojo de la bandera nuestra cuando acuden en gran número y con propósito definido de aliento al equipo nacional de fútbol, vistiendo la casaquilla que convirtió a la hinchada en la mejor barra del Mundial de Rusia.

Luego de sucesivos percances en las primeras etapas de la clasificación para Qatar, nuestro seleccionado parece estar muy cerca de volver a participar en un torneo futbolístico que reúne a las potencias de este deporte en el lejano país ubicado al oeste del continente asiático.

Esa unidad la requerimos incluso para procurar los mejores destinos del país nuestro, para que a una sola voz y teniendo como protagonistas a las personalidades, que pudieran tener ocultas nuestra ciudadanía, logremos alcanzar metas que nos son necesarias para colocarnos en el nivel de quienes ya están alcanzando el desarrollo que tienen otros practicantes, también, del sistema democrático. Pero que han sabido escoger mejor ruta para tal fin.

¿Si podemos unirnos alrededor de la esperanza en el fútbol por qué no hacerlo con el Perú entero? Rechazando las maniobras de quienes quieren utilizar el bien común en beneficio de su propio bolsillo o de intereses subalternos que no son los de la República entera. Tengamos de ejemplo el fútbol, no importa cuál sea el resultado final de nuestra presencia en Qatar. Lo que interesa es que se viva con entusiasmo y con fe la esperanza en un mañana mejor.

Tenemos que reconocer que necesitamos para alcanzar esta meta no uno, sino varios “Garecas” o muchos “Oblitas” que evidencien patriotismo y que contagien bondades a quienes están, al otro lado del subibaja pensando en qué pueden hacer no para evidenciar tener grandes corazones, sino bolsillos largos que llegan hasta el final del pantalón para llenarlos con las monedas que no son propias ni fruto de su trabajo, sino de todos los peruanos estafados.