Por: Carlos Meneses

“La gente pide cambios y evidentemente estos se requieren, pero no debe ser solo detección de males sino soluciones de corto plazo”.

Se anuncia, para breves días más, la realización de un diálogo institucional tendiente a dar seguridad a los que aquí vivimos y los que podrían invertir en nuestra tierra. Preguntamos si esta es también la ocasión propicia para que se hagan reajustes en determinados aspectos que son fundamentales para Arequipa.

Persisten, por ejemplo, los decires que demoran en el Poder Judicial y en la Fiscalía pronunciamientos categóricos sobre procesos que deben tener un trato preferente para devolver a normalidad la marcha de organismos vitales para la solución de problemas como Majes y la reactivación económica.

Hemos reclamado que se produzcan pronunciamientos institucionales, como se ha hecho por parte de la Universidad Nacional de San Agustín con respecto a la reforma de la educación superior, pero es necesario que actitud semejante exista sobre otros temas que siguen esperando por parte de algunos responsables de la vida local que se arreglen solos y que entretanto aparezca el Estado como ajeno o lento cuando se le exige ser rápido y eficiente.

La diligencia en el trabajo del servidor estatal tiene que quedar demostrado permanentemente, no puede ser que cada día se encuentren anormalidades que simplemente pudieron prevenirse y resultaron insuficientes para que la ciudadanía se sienta confiada de estar en buenas manos.

No es solamente útil el ocuparse de cómo se maneja la finanza pública, sino cómo están trabajando los servidores estatales. Si se pierde dinero en algo es porque hay alguien que no cuida lo que se le confía para su administración. En ese sentido debemos esperar que la Fiscalía y el Poder Judicial actúen con la celeridad que imponen las circunstancias y no se utilice ni siquiera la pandemia como algo válido para demorar soluciones.