El destino de las ciclovías
Por: Carlos Meneses
“Lo que pasó con las ciclovías confirma que mucho se gana y nada se pierde con consultar la opinión de los que si saben”.
La Municipalidad Provincial de Arequipa tuvo razón cuando pensó en favorecer el desarrollo del ciclismo como una forma de movilizar población, descontaminar ambiente y evitar aglomeraciones que fomenten contagios del coronavirus.
Pero se equivocó en el propósito, por no haber consultado con ingenieros y arquitectos que pudieran haber bien aconsejado al alcalde y al grupo ejecutor, así como no consultar sobre experiencias que en relación al tema se han realizado especialmente en Europa y en otros estados de América Latina.
En realidad no se trata de sustituir a vehículos de servicio público o particulares, sino de crear rutas que sean adecuadas para el desplazamiento deportivo o de paseo en determinados días y horas.
Se ha podido ver en el canal del Estado de Perú, lo que se ha hecho en Guadalajara, ciudad mexicana, donde en los jirones centrales y en el día domingo no hay tránsito vehicular sino exclusivamente de bicicletas y de triciclos por un periodo establecido. A nadie se le ocurrió poner bolardos como los que se pusieron en Arequipa y que han sido dañados en gran número por haber sido ubicados en lugares que utilizan para movilizarse unidades del servicio público.
Conviene cambiar lo que se ha hecho hasta ahora para que la gente que utiliza bicicletas pueda hacerlo con seguridad y con comodidad para todos.
La lección debe ser aprendida y así evitar que vuelva a ocurrir lo que también está pasando con los paraderos que para el SIT está terminando de instalar la comuna provincial que tiene cuestionamientos de parte del Ministerio de Cultura, de profesionales y de artistas.
Nada cuesta consultar antes de cometer errores y es oportuno, además, porque si no se hacen gastos innecesarios o criticables.