Los precios de los pasajes
Por: Carlos Meneses
“Hace bien la Municipalidad en establecer una infracción de mil 308 soles para quienes comentan arbitrariedades y abusos en el precio del pasaje entero o del medio en el transporte urbano”.
Resulta curioso, saber que los transportistas informales, esto es taxistas que no tienen SETARE o las unidades que circulan en las zonas periféricas, son los más empeñados en cobrar pasajes que superan el promedio normalmente aceptado por los consumidores o los patrocinadores del Sistema Integrado de Transporte (SIT).
La Municipalidad Provincial de Arequipa ante los desacatos que se observa al respetar tarifas para la movilización ahora de trabajadores, a partir de marzo de universitarios y escolares, ha advertido que multará con mil 308 soles por infracción que suponga una violación de los precios vigentes y, sobre todo, del respeto del medio pasaje para los niños.
Se trata de establecer un sistema que permita la administración del recurso económico destinado a movilidad y conseguir que formales o informales cobren medio pasaje a quien corresponda, del mismo modo la aglomeración de personas propia de horas punta en el traslado a colegios o universidades.
La medida dictada a tiempo resulta beneficiosa y también es elogiable la decisión de las empresas integrantes del SIT para poner unidades de refuercen en las horas que se consideran de punta.
Así como es inteligente la propuesta municipal de establecer horarios diferentes para las clases de los colegios públicos o particulares para que no se provoquen hacinamientos en horas determinadas y se pueda jugar con tiempos para educación presencial que van variando de acuerdo al sexo, grado de instrucción u otras recomendaciones técnicas.
A fin de cuenta es el propio usuario el llamado a defenderse de cualquier uso de poder que pretendieran imponer los informales o las continuas alzas en el precio de los combustibles. Es de advertir que, en este último caso lo que está pasado en Perú no es consecuencia de una actitud de gobierno, sino de un reajuste de la unidad monetaria norteamericana como consecuencia de la guerra fría existente entre los Estados Unidos y Rusia a propósito de Ucrania.