Hace dos  años se presentó primer caso de COVID en Arequipa
— Redacción Diario El Pueblo —

El 7 de marzo del 2020 se registró el primer caso de la COVID en Arequipa, un día después del que se presentó en la ciudad de Lima y desde ese momento, la enfermedad ha cobrado la vida de 6 mil 950 arequipeños.

En marzo del 2020

El coronavirus, que para muchos se trataba de una enfermedad que podría estar en otro país menos en Perú, obligó al gobierno al confinamiento de la población para evitar los contagios de una enfermedad de la que no se sabía mucho y se especulaba bastante.

El primer caso de la pandemia de la COVID en Arequipa se confirmó el 7 de marzo de 2020, y se trató de un varón de 26 años que provino del Reino Unido. Familiar de una trabajadora de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, a cuyo círculo se hizo el seguimiento; pero en pocos días los casos se tornaron incontrolables.

Poco a poco el hospital Honorio Delgado se fue llenando de pacientes, sin que los médicos pudieran otorgarle un tratamiento adecuado, como pasaba en la mayor parte del mundo. Las personas entraban en desesperación y acudían a casos extremos para tratar de evitar la enfermedad o curarse la misma, suministrándose medicamentos que ahora se conoce solo ayudan en activar el virus.

Incluso los profesionales de la salud, autoridades y otros recomendaban una serie de productos porque supuestamente hacían mucho bien, sabiendo con el tiempo que ocurría todo lo contrario. Hasta en las calles se encontraba gente que fallecía como consecuencia del mal.

A nivel nacional son 210 mil 995 personas las que han perdido la vida como consecuencia de la COVID. El 15 de marzo, el Gobierno peruano decretó el Estado de Emergencia y el aislamiento social obligatorio o la llamada cuarentena a nivel nacional, que regiría desde las 00:00 horas del 16 de marzo, por un periodo de 15 días.

La población en su desesperación y ante lo desconocido, se volcó a los centros comerciales y mercados para reabastecerse de productos, algo que hizo que los mismos subieran a montos extremos por la especulación. Algo que hasta el momento no se puede explicar, es el por qué, gran cantidad de personas se abasteció de papel higiénico.

Entre las medidas que se adoptaron, estuvo el toque de queda, nocturno y dominical, algunas medidas que no tenían ningún sentido, como días de salida para los hombres o para las mujeres; la prohibición del uso de vehículos particulares, obligando a las personas al uso de transporte público cuando la mayor posibilidad de mayor contagio se daba en este medio, o la prohibición del uso de espacios públicos como las plazas o las playas.

Estas medidas fueron recurrentemente extendidas hasta en cinco oportunidades, llegando a ampliarse hasta finales de junio. ​ El 26 de junio, el gobierno amplió nuevamente el estado de emergencia hasta el 31 de julio, pero esta vez la cuarentena general fue cambiada por un “aislamiento social focalizado” para menores de 14 y mayores de 65 años, sin embargo, en la región Arequipa, debido a la cantidad de casos, se continuó el aislamiento social obligatorio junto a otras seis regiones más.

Terminó una primera ola, donde la gente fallecía en las puertas de los hospitales, donde los médicos se obligaban a elegir a quién otorgaban una cama UCI, de acuerdo a las probabilidades de vida que tenían, la edad, enfermedades prevalentes, entre otros.

Luego, aunque muchos lo creyeron improbable, llegó una segunda ola, igual de mortífera que la primera y que tuvo mucho que ver la campaña política, donde los candidatos congregaban a ciudadanos que terminaron masificando los contagios, mientras que en el país se observaba que en el mundo ya se comenzaba a distribuir la vacuna contra la COVID, una esperanza de vida que llegó el 8 de febrero del 2021.

En esa fecha llegó el primer lote de 300 mil vacunas al Perú de los laboratorios chinos Sinopharm, destinados para el personal de Salud, de cuyos integrantes fallecieron miles, entre médicos, enfermeras, técnicos, entre otros que atendían a los pacientes.

En estos tiempo, ya se viene vacunando a los menores de 11 años de edad, aunque con un porcentaje bajo de avance, a pesar que son muchos de ellos los que se vienen contagiando, precisamente por no estar vacunados. Se espera que las cifras de inmunización sigan creciendo, más aun cuando se han iniciado las labores escolares en los colegios particulares y en los siguientes días se hará con las instituciones educativas públicas. Es incierto lo que pase más adelante, muchos especialistas indican que la enfermedad ya está en decrecimiento y que es muy difícil que una nueva variante pueda causar los estragos de una primera y segunda ola.

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