Por: Carlos Meneses

“Nos une todo, el himno, la bandera, el haber sido favorecidos por nacer en este mundo y en este tiempo. Solo tenemos que asumir el papel que nos corresponde, avanzar en un camino que sea el común de los buenos. A los equivocados tenemos que enseñarles que lo mejor está por llegar que esa meta solo se alcanzará cuando sea un logro comunitario.

Tenemos la obligación de buscar formas de entendernos y la primera de ellas es que hablamos el mismo idioma, tenemos objetivos comunes como el progreso, el desarrollo y el afán lógico de todo ser humano es no pasar un día de vida perdido, pues no sabemos cuánto va a durar nuestra permanencia a lado de quienes son hermanos nuestros con quienes debemos compartir lo que nos pase y lo que esperamos para nuestros hijos.

Por lo anterior, no es posible aceptar acciones bajo la mesa que son evidencia de traiciones que afectan a una nación en apuros y lejos de recibir aportes para salir de ellos se empeñan en colocar piedras en el camino.

Hay que hablar con razonamientos suficientes y con severidad para castigar, no al equivocado sino al que deliberadamente está jugando para otro lado, que no es el que está a nuestra diestra.

Por eso nos confunde tanto el que quien gobierna escoja mal a sabiendas que lo está haciendo, porque no se ha tomado siquiera el tiempo para averiguar cómo es el escogido. No se nos puede meter gato por liebre a quienes tenemos confianza en que dimos un voto a la verdad y no a la mentira ni al engaño.

Estamos en una hora larga y difícil porque no terminamos de salir de ella agobiados por problemas de salud, de economía, de diferencias y de pobreza. Ponernos de pie, juntar hombros, estrechar manos es el único camino para después escoger senda para caminar por ella procurando que todo lo que veamos sea mejor que lo que dejamos siempre buscando la luz al final de un túnel que no tiene por qué ser eterno.