Trabajadores de limpieza de la MPA con uniformes en mal estado

— Redacción Diario El Pueblo —

Pese a estar en primera línea, los obreros de Limpieza Pública de la Municipalidad Provincial no reciben los uniformes e implementos necesarios para cumplir con una labor de alto riesgo. Denuncian maltrato y abandono de parte de las autoridades municipales.

Diariamente, los trabajadores de Limpieza Pública de la Municipalidad Provincial recogen entre 60 a 80 toneladas de residuos sólidos. La cifra incrementa en días festivos y con la pandemia, lo que incrementó fue el riesgo de contagio. Sin embargo, a más de 2 años de la llegada del coronavirus, la Municipalidad de Arequipa aún no regularizó la entrega de uniformes de trabajo que los ayudaría a desempeñarse completamente protegidos.  También carecen de los implementos básicos para su trabajo.

El secretario general del Sindicato de Obreros Municipales de Arequipa (SOMA), Severo Molina, indicó que la comuna aún no inició gestiones para la compra de estos implementos. Este proceso, según dijeron, dura 2 meses, pero ya estamos esperando casi dos años.

El año pasado les brindaron dos juegos de vestimentas que correspondían al 2020. No recibieron más hasta la fecha. Son ocho entregas que aún no son formalizadas para cerca de 244 trabajadores en el sector en tres turnos. A ello se suma que con la llegada del virus en marzo del 2020, estuvieron en la primera línea de lucha contra la COVID-19. Diez de ellos perdieron la vida en estos últimos dos años por la enfermedad, según precisó Molina.

Durante los primeros días de la disposición de nuevas restricciones sanitarias, desde el sindicato exigieron que los obreros municipales mayores de 65 años y con comorbilidades realicen trabajo remoto después de detectar que casi el 40% del sector de Limpieza Pública y Mantenimiento de Áreas Verdes dieran positivo a la COVID-19. “En Limpieza Pública los trabajadores se fueron contagiando poco a poco y el alcalde provincial, Omar Candia no atendió nuestras necesidades y demandas”, enfatizó.

Un compañero, que laboraba como conductor, se reintegró a sus labores cuando los contagios por la COVID-19 estaban en la cresta más alta de ola, “estuvo sano, cuando regreso entre junio y julio fue enviado a recoger residuos sólidos del Hospital Honorio Delgado”, recordó Molina. Dio positivo al virus y en siete días no se supo más de él. Falleció a los 55 años.

En su labor, a veces se cruzan con colegas de otras áreas como la de Mantenimiento de Áreas Verdes. Ellos no solo contraen el virus, también lo transmiten una vez contagiados. Jaime se enfermó por la COVID-19 a finales del 2020. Él se salvó. Sin embargo, infectó a su madre, su esposa, sus dos hijos. Días después, la madre de sus vástagos falleció.

El secretario del SOMA lamentó que la exposición al virus en este sector trabajador dio resultados preocupantes a finales del 2021. “El contagio llego hasta el 70%”, recuerda Molina. La última muerte por esta enfermedad fue de una dama de 42 años que pertenecía al Mantenimiento de Áreas Verdes. “No había camas en EsSalud y no pudieron hospitalizarla a tiempo”, manifestó. Luego, la llevaron a otro establecimiento de salud, pero a los dos días dejo de existir en noviembre del año pasado.

Desde noviembre del 2021 hasta febrero de este año, no les otorgaron Equipos de Protección Personal (EPP). Durante esos meses, la tercera ola estaba en su pico más alto. Molina detalló que iban a iniciar una protesta por la falta de los EPP, pero hace algunas semanas llegaron a un acuerdo. Sin embargo, los uniformes de trabajo están pendientes, porque muchos de los trabajadores tienen vestimenta en mal estado. La mayoría de ellos lucen viejos y rasgados, mientras que otros ya no sirven.

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