Por: Carlos Meneses

“La continuidad de la obra pública no permite perder tiempo”.

En el Perú que vivimos no hay que hacer nada nuevo. Los gobernantes que se van en regiones y municipios y los que asumirán cargos el 1ero de enero próximo tienen la obligación de coordinar la entrega del cargo y la necesidad de coordinar esfuerzos y no considerar que el inicio de una gestión significa cambiar todo, sino continuar labor emprendida para superar contingencia difícil.

El proceso electoral está en el término en que todo reclamo se resuelva sea en la instancia de los jurados especiales o del nacional en proceso de apelación. Lo cierto es que en el corto plazo, en el menor posible, debe terminar el trámite y las autoridades electas estarán en condiciones de iniciar diálogo con los que se van para una transferencia que sea rápida segura y eficiente.

Otros tendrán razones propias para no reencontrarse, pero no debe ocurrir en Arequipa donde hay un gobierno regional en crisis y un municipio cada vez más inoperativo. Nosotros esperamos que el electo gobernador y el alcalde elegido por mayoría de arequipeños se reúnan con los cuadros directivos y técnicos del gobierno regional y de la Municipalidad Provincial.

A su turno los alcaldes que se van tiene la obligación de entregar las cosas saneadas a la nueva administración para que esté enterada de la situación que se confronta y de las posibles y mejores acuerdos que se puedan hacer para que todo avance sin que nada se detenga.

De una vez por todas, deben terminarse las adendas que se han utilizado con frecuencia para aumentar los costos de las obras en realización y hay que destrabar todo lo que este detenido para avanzar con los recursos de que se disponen en el presupuesto de este año para no devolver al tesoro público lo que tanta falta hace para invertir.