La visita de OEA y la crisis peruana
— Carlos Meneses —
“Se ha hablado desde el comienzo de la crisis, de convertir al Consejo de Estado como autoridad en este diálogo. Es posible que lo sea y tendrían que aceptarlo todas las partes con el concurso y la presión de los países de América.”
Era presumible que la visita de la misión OEA, integrada por 5 cancilleres y 2 vice cancilleres de naciones americanas, tenía que tener la duración que tuvo desde su arribo a Perú.
Los comisionados en 2 días no podían agenciarse de recursos suficientes para proponer una solución al Perú y que tampoco va a ser una salida para el problema confrontado pues, básicamente, el entendimiento debe ser alcanzado por los propios peruanos que no estamos obligados a considerar como vinculante y de ineludible cumplimiento lo que recomiende la OEA.
El hecho de que los poderes Ejecutivo y Legislativo no encuentren cómo salvar sus diferencias no significa que enviados extranjeros tengan que venir a arreglar los pleitos entre peruanos.
La Fiscal de la Nación hizo bien cuando puso a disposición del Congreso los elementos de juicio que podía procurar una decisión para devolver tranquilidad a alterada República. Fue el Ejecutivo el que se permitió dirigirse a la OEA como un recurso que convenía a sus intereses más que a los del país mismo para que se aplicaría aquí la Carta Interamericana en defensa de la democracia y de las libertades.
Así que no debemos esperar que una decisión externa nos devuelva la paz y satisface que la Iglesia, sin querer ser parte de este arreglo, haya hecho la única propuesta que la OEA ha tenido para propiciar un diálogo que específicamente plantea la conformación de dos mesas de estudios. La una referida a los problemas estructurales del país y la otra que busque la forma de que se entiendan el Ejecutivo y el Congreso.
Lo único que falta en este proyecto es encontrar un líder que con suficientes atributos ciudadanos pueda imponer criterio de manejo, antes de que se produzca una colisión.