Artes plásticas en Moquegua
Por: Giovanni Barletti Araujo

Ricardo Rodríguez Zambrano ha estudiado en la Escuela de Arte Carlos Baca Flor de Arequipa. Su hermano mayor, Willy Amésquita Zambrano, quien es pintor y docente de artes plásticas, lo animó a seguir la carrera al ver sus talentos infantiles. Actualmente es uno de los pocos artistas plásticos radicados en Moquegua.

¿Hay una historia de las artes plásticas de Moquegua?

Quienes empezaron a trabajar las artes plásticas aquí en su mayoría fueron personas empíricas con algo de interés en el dibujo y la pintura. Porque en esta ciudad no tenemos una escuela de arte hasta el momento.

Un pasado mínimo puede ser una conocida profesora de primaria que le gustaba dibujar, Carmen Rosa Pacheco. Muchos la recuerdan como artista, justamente porque ella hacía, con su limitación, dibujos y pinturas, y también enseñaba a los niños y jóvenes.

Hay otros de carácter autodidacta. Con los años en el siglo XX se han ido formando algunas generaciones de artistas, como el caso de Teobaldo Nina, que tiene sesenta años; Willy Amésquita Zambrano, Milton Cuadros, Edgar Sardón, entre otros que han seguido escuela y han podido gozar un poquito de la educación.

En las últimas generaciones estoy yo, que he egresado en el 2004 y tres o cuatro más: Juan Carlos Salas Condori, José Carlos Machaca. Como puedes ver, son personas que se van separando por décadas, no hay continuidad de artistas en Moquegua.

¿Es decir que no existe un arte pictórico moqueguano?

Considero que no. Los artistas de Moquegua, según la ciudad donde estuvimos trajimos un estilo diferente. Sardón creo que es de Puno y su estilo tiene que ver con sus colores, ya que en Bellas Artes de Puno usan mucho los violáceos, bastantes colores fríos, celestes, azules y esa tendencia mantiene su forma de pintar. Yo y otros hemos traido de Arequipa la influencia de la acuarela, mucho de luz, pinturas más luminosas, utilizamos más los cálidos. Juan Carlos Salas también tiene esa misma idea. Es el caso de Teobaldo Nina, de la UNSA; Willy Amésquita, Milton Cuadros, Sergio Gámez y yo que somos de la Baca Flor, Juan Carlos Salas es de la UNSA.

Menos podríamos hablar de arte contemporáneo. ¿Conoce algún caso de performance o instalación en Moquegua?

En pequeña escala se ha hecho. Willy Amésquita hizo instalaciones en el museo Contisuyo, donde presentó un par de puertas antiguas, las famosas mamparas que usábamos en Moquegua y actualmente ya no se utilizan; en las casas de Moquegua la puerta que daba a la calle era de dos hojas y además había una mampara, que era una puerta con vidrios que generaba bastante luz, al abrir las dos hojas de adelante. Era una costumbre de la ciudad que ya no existe, que ya se perdió. La performance abarcaba esa añoranza por la cultura, arquitectura, que involucra incluso techos de caña, mojinetes de caña con barro y adobe.

¿Cree que el artista necesita una propuesta teórica antes de abordar la obra?

La propuesta teórica es el punto de vista de uno como artista profesional. No solo es el hecho de plasmar un color o un dibujo, sino que depende de la documentación, es decir, que la obra tenga un sustento. Considero que es muy importante que el concepto exista; sin embargo, podría añadir que no considero que el concepto sea más importante que la obra en sí.

¿Cree que el arte contemporáneo requiere de preparación previa para poder apreciarlo?

Yo creo que como todo en la vida requiere de una preparación. Simplemente nos puede gustar o no gustar algo pero si quieres comprenderlo debes tener el antecedente que requiere leer, escuchar y ver.

¿Le interesa el arte contemporáneo? ¿Lo practica?

El arte contemporáneo es de mi interés como todo tipo de arte. Quizás algunos optan por un estilo o un tipo de arte según su gusto, pero eso no quiere decir que se deba descartar otros tipos de manifestaciones artísticas. El arte en realidad es amplio y por eso es hermoso en cada punto y espacio de su lado pictórico y creativo. No podemos cerrarnos a decir que como yo practico esto lo otro no es importante o no vale.

¿Entonces podríamos decir que tanto en su formación como en su práctica profesional es más artista moderno de tendencia clásica?

Sí, porque yo he trabajado temas de abstracto, de surrealismo, realismo, paisajes. Soy también parte de ese grupo de artistas que viajan por varias ciudades con esto de la pintura rápida, que es un arte de expresar en un día sobre lo que uno ve del natural. También soy detallero, he hecho trabajos que se hacen en taller.

Siempre he buscado la diversidad de los estilos y las técnicas, aprecio tanto un dibujo al carbón o en sanguinas o pasteles como un óleo, no me parece que uno es mejor que el otro, cada medio en que uno se desarrolla es importante y vale tanto como cualquier otro, es un error desmerecer una técnica con la otra.

También soy muralista, en mi ciudad me dedico al mural porque me gustan los espacios amplios, me gusta manejar el espacio, la proporción; incluso ahora me encuentro tallando. Digamos que siempre he buscado desarrollarme en varias técnicas y ámbitos de la plástica.

¿Cree que algún día nuestra región tenga un público consistente aficionado al arte contemporáneo?

Yo creo que sí, incluso hay jóvenes que se están formando. Por ejemplo, dentro de lo que es contemporáneo veo que se está desarrollando el arte digital; ahí están los audiovisuales, el tema del dibujo, la ilustración.

En estos tiempos, cualquier joven que puede dibujar y conoce los programas, los efectos, el Photoshop puede expresan conceptos por medio de esa herramienta digital. Desde hace algunos años podemos decir que el arte contemporáneo es parte de la juventud actual.

¿Cuál ha sido su propuesta más vanguardista?

Considero que en los años de experiencia que tengo, la mayor libertad que he podido tener es justamente ahora con el proyecto de las esculturas, que es precisamente el desarrollo de las áreas culturales de esta región.

¿Alguna vez ha recibido financiamiento del Estado para sus obras?, ¿le gustaría recibir este subsidio para realizar arte contemporáneo?

Por supuesto que sí, me gustaría tenerlo, pero al menos en esta región no se ha financiado nunca este tipo de proyectos.

Por ejemplo, tuvimos un proyecto de realizar un concurso nacional de acuarela y nadie lo quiso tomar, ni el Estado ni particulares. Al final lo asumimos nosotros como asociación de artistas plásticos de nuestra ciudad y buscamos a nuestros amigos, gente conocida nuestra, para generar premios; en pocas palabras venderles los cuadros de los ganadores, sin que nosotros ganemos nada. Nunca hemos tenido un apoyo directo.

¿Ha vivido siempre del arte?

Siempre he vivido del arte desde que salí de la escuela. No siempre tuve la mejor posición económica. Al inicio la gente no te conoce y al verte joven te creen inexperto. Con el tiempo y las obras uno se va haciendo de nuevas carteras, de reconocimiento, y mejora la situación. Siempre he luchado por no apartarme del arte, por no vivir de otras formas. Alguna vez escuché a Szyszlo decir que el arte era una forma de vida, no una forma de vivir. Entiendo que el artista necesita más allá de buscar el trabajo, la economía, buscar la forma de vida.

Es verdad, conozco a muchos colegas que siendo buenos dejaron de creer en ellos mismos y terminaron haciendo otra cosa. Cuando los ves después de años les preguntas, simplemente dejaron de pintar, de dibujar, de hacer, con tanto talento que tenían. En mi caso siempre he buscado trabajar con esto y vivir del arte.

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