Victoria a lo Pirro. Se incendia el país, ¡No importa!
Por: Jorge Delgado y Pedro Rodríguez. – Asociación Rerum novarum.

Cuando se dice «victoria pírrica» es cuando nos referimos a una victoria lograda con igual o más daño del vencedor que del vencido. Esta expresión se atribuye a Pirro, rey de Epiro, que, en una batalla contra los romanos, tiene una pérdida de poco más o menos de cuatro mil soldados, entre ellos sus mejores soldados y generales. Le hizo expresar a Pirro, al estar al tanto de la buena noticia de su victoria: «si consigo otra victoria como ésta, estoy perdido».

¿Una victoria de la política? Se eliminó a otro presidente en el país, no importan los daños y perdidas, lo lograron. ¿Hizo méritos para ser vacado?, no se puede negar que fue pésima la gestión en casi todo, salvo algunas menciones honrosas. Mencionamos el acierto de mantener el directorio del BCRP o de tratar de enfrentar a los monopolios, oligopolios y otras distorsiones del mercado, en busca del bien de todos. Sobre este último aspecto demostró la falta de valor o exceso de favores de los presidentes anteriores y la clase política. Corrupción de alto vuelo.

¿Tuvo oportunidades de hacer un buen gobierno? No las tuvo realmente por sus limitaciones y por la derrota de la oposición que como siempre busca el poder sin importar la voluntad del pueblo, e incluso antes de comenzar su mandato ya era censurado con un fraude que hasta ahora no lo prueban. Era claro que ese partido de raíz filocomunista o comunista, lejano de los grupos de poder y de las élites políticas del país, pero a su vez cercano a otros partidos del exterior, tendría desde el comienzo un enemigo, ellos mismos, sus intereses personales y de grupo. Pero, sobre la oposición que tuvo y tiene, donde estuvieron personas sensatas y lúcidas, acompañadas de cerca o de lejos por gente de dudosa moralidad y de intereses no claros. Hoy nos permite ver sin apasionamientos que distinguimos la derecha cavernaria de aquella derecha que piensa y hace progresar realmente.

Después de esta reflexión queremos dar una explicación sobre las publicaciones anteriores. En los artículos anteriores hemos venido hablando del voto, sus derechos, consecuencias y de la constitución. Pero consideremos hacer un paréntesis dada la coyuntura vivida la semana pasada, siempre pensando en la democracia, el estado de derecho, y la constitución.

Cuando votamos y elegimos al profesor Castillo no solo votamos por el presidente sino también por los congresistas. Las regiones y ciudades que hoy se levantan y piden el cierre del congreso. En nuestra región tenemos representantes en el congreso. Nos preguntamos ¿Dónde están?

Perú Libre tiene, mejor dicho, tenía 37 congresistas elegidos. ¿Cuántos de ellos dan la talla? Y volvemos a repetir elegidos por nosotros, por lo tanto somos responsables de lo que hagan, dejen pasar y dejen de hacer. Somos absolutamente responsables de todo eso.

En Arequipa están pidiendo cerrar el congreso, nuestros conciudadanos de la Región e incluso de La Joya y alrededores. Acá tenemos 2 congresistas y uno por el Bloque Magisterial, el Sr. Paredes. congresista que fue vocero de Castillo en sus inicios y en este momento sería interesante escucharlo. Sobre todo sin su discurso político hablando de la coyuntura actual. Irónico ¿No?.

Tenemos 3 congresistas elegidos por nosotros que están de acuerdo con la “forma de pensar” de Castillo y los que votaron por ellos. Porque entonces se cuestiona al congreso, cuando los que lo integran son puestos por nosotros.

Creemos lastimosamente que como ciudadanos no nos hacemos responsables de lo elegido, por eso es incongruente pedir el cierre del congreso, seamos valientes y aceptemos las consecuencias de nuestro voto. Esto en primer lugar. Hay casos que no votamos por ellos, pero respetamos las reglas de la democracia, pero ello no impide de criticar las gestiones de esas autoridades y de oportunamente sacarlas si se desvían de su labor de representar, legislar y de fiscalizar.

Segundo, aceptemos también que para ser presidente hay que dar la “talla”. Es decir, hay que tener condiciones, morales y de juicio. No solo hablamos de Castillo, es de todos los principales actores políticos de la actualidad, algunos menos otros más.

En estos últimos días también se ha pedido hacer un cambio de la Constitución. Sin embargo, hoy todos han hablado de ella por el resultado que hemos tenido. Pero sino hubiese sido por ella y por su defensa, en especial de las Fuerzas Armadas, no estaríamos con un nuevo presidente. Tiene valor esa constitución, pero debe perfeccionarse.

La pregunta clave es ¿qué debemos elegir para no tener estos problemas eternos de la mala representación de la comunidad?

Necesitamos representantes. El centro de gravedad de una democracia normalmente constituida reside en la representación popular, de la que parten las corrientes políticas de la derecha, centro o izquierda. Tanto para bien como para mal. De sus representantes, de su moral, de elegir el bien y no el mal, de su capacidad intelectual de los designados para ser secretarios, delegados y candidatos, es cuestión de vida o muerte.

La experiencia ya nos indica que la selección debe ser clara y oportuna, al comienzo. Una selección de personas no delimitada a una profesión o una condición, que sean firmes de carácter y de juicio, prudentes, de sentido practico y coherentes consigo mismo en todas las circunstancias. No comprables o vendibles. Que representen verdaderamente a la comunidad, no a la muchedumbre. Ahora vemos las consecuencias.

Concluyendo, debemos reflexionar, es momento de ser responsables de nuestros actos y para defender o destruir algo por lo menos dediquemos tiempo de conocerlo primero. En ello decimos de la constitución y el estado de derecho.

Hoy vemos que las protestas son legítimas, pero no en esos niveles de violencia, de saqueos y daños. Se necesita ahora la ley y dar paso a las reformas.

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