BERNINI,UN GIGANTE DEL BARROCO
Por: Julio Lopera Quintanilla

Gian Lorenzo Bernini, quién es uno de los más altos exponentes del arte barroco en Italia y uno de los más grandes genios del arte universal nació en Nápoles un 7 de diciembre de 1548. Fue su padre Pietro Bernini, escultor manierista y su madre Angélica Galante, una mujer de grandes dotes artísticas.

Cuando Gian Lorenzo era muy niño, su familia abandonó Nápoles y marchó hacia Roma donde su padre comenzó a trabajar como escultor bajo la protección del cardenal Scipione Caffarrelli que era nepote (pariente y protegido del Papa) y por tanto un cardenal influyente.

Gian Lorenzo, recibió en su niñez y en los primeros años de su juventud una formación artística que estuvo a cargo de su padre. Pietro Bernini, quien fue un talentoso artista, enseño al niño los principios de la arquitectura, escultura, pintura e iconografía.

El cardenal Cafferelli, cuando el niño estuvo un poco más grande y había cumplido los seis años, advirtiendo el gran talento que el niño tenía resolvió convertirse en uno de sus mecenas. Lorenzo Bernini desde los años de su infancia estaba llamado a ser uno de los más grandes maestros del mundo; la iglesia reconocería en el futuro la gran valía que tenía el artista, a la edad de 23 años sería nombrado caballero por el Papa Gregorio XV.

Bernini, es brillante en distintos campos del arte: la arquitectura, la pintura y la escultura. La escultura de Bernini destaca por su carácter narrativo, por su alto nivel de dramatismo, por su profunda penetración en la psiquis de los personajes que representa. Bernini es considerado el más sobresaliente sucesor de Miguel Ángel, su obra tiene una brillantez incomparable.

Bernini, fue un hombre profundamente católico; que amo profundamente a la iglesia, a la Virgen María, a Jesucristo, a la doctrina católica; ese gran amor a las verdades de la fe Católica hizo que pusiera su arte al servicio de la Contrarreforma y al servicio de la iglesia que en esa época en que se imponía en Europa el movimiento Protestante luchaba por mantener la preminencia de la doctrina católica.

Bernini, fue rival de Francesco Borromini y de Pietro Da Cortona. quienes eran unos artistas geniales, pero él tenía una llama que lo hacía único, una genialidad muy distinta y superior a la del melancólico Borromini y también a la de Pietro Berenttini, el pintor de Cortona. Bernini gozó de un gran aprecio y un mayor apoyo de parte de los Papas Urbano VII y de Alejandro VII lo que le permitió asumir el proyecto más importante de la Roma de ese entonces, la Basílica de San Pedro.

En los inicios de su carrera, Bernini se interesó mucho por el arte del período helenístico, comenzó imitando la escultura de ese período; ejecutó sus brillantes esculturas siguiendo los cánones del arte helenístico: “El ángel con el dragón”, “Fauno entretenido por Cupido” y “La cabra Amaltea”.

Más adelante este napolitano irrepetible, este brillante sucesor de Miguel Ángel; dió a luz varias e inigualables obras que se ejecutaron entre 1621 y 1625, estas creaciones que elevaron a Lorenzo Bernini a la cúspide de la fama forman cuatro conjuntos muy importantes, los cuatro Grupos Borghesianos que tienen como tema escenas de la biblia y también de la mitología griega: “Eneas, Anquises y Ascanio”, conjunto basado en La Eneida, “El rapto de Proserpina”, “El David” y “Apolo y Dafne”

Durante el desarrollo de su brillante carrera, el gran Gian Lorenzo Bernini contó con el apoyo de siete romanos pontífices.T res sucesores del apóstol San Pedro le darían su mayor apoyo y le encomendarían sus más importantes encargos.

El año 1623, fue un año trascendental para la “Ciudad Eterna”, el poderoso cardenal Maffeo Barberini fue elegido Papa; escogió el nombre de Urbano VII, el romano Pontífice que el Colegio Cardenalicio había elegido fue un hombre de mucho carácter y grandes ambiciones, pero era sobre todo un gran amante de las Bellas Artes que admiraba profundamente a Bernini, lo admiraba hasta tal punto que lo nombró arquitecto de Dios.

Barberini, consideró a Bernini como el artista más apropiado para consolidar la voluntad y la triunfante presencia de la iglesia católica en una Roma que buscaba por medio de espectaculares proyectos urbanísticos y arquitectónicos persuadir a los creyentes que se habían pasado a las filas del Protestantismo para que regresaran de nuevo al seno de la Santa Madre Iglesia; eran los convulsos tiempos de la Contrarreforma en la que varios Estados, reyes y príncipes habían abrazado la causa de Martín Lutero el que antes había sido un monje dominico que ahora enarbolaba la causa de la escisión de la iglesia.

Uno de los primeros encargos que recibió el artista del Papa Barberini fue la estatua de “Santa Bibiana” ejecutada para la iglesia de Santa Bibiana de Roma en 1623. El proyecto incluyó la fachada de la iglesia y también la ejecución de una estatua de quien fue una canonizada virgen y mártir romana.

En 1628, el Papa Urbano VIII le encargo a Gian Lorenzo su sepulcro; Bernini demoró en la colosal ejecución casi 20 años, trabajó desde 1928 hasta 1647 en su magnífica obra de mármol y bronce. La figura de tamaño natural representa a la muerte y es un homenaje al Romano Pontifice. Bernini se inspiró en la Tumba de los Médici de Miguel Ángel.

Los encargos más importantes fueron para la Basílica de San Pedro que se erigió sobre el lugar del martirio del Príncipe de los Apóstoles.

Entre los encargos destaca nítidamente la magnífica Catedra de San Pedro que Bernini ejecutó entre 1656 y 1666. La Catedra descansa en el presbiterio de la Basílica de San Pedro, es una incomparable obra de arte que resalta más aún por las pilastras que la enmarcan. En el centro del emplazamiento está el magnífico trono de bronce en cuyo interior está una valiosa reliquia, la silla de madera original del apóstol. El trono que creo el genial Bernini está apoyado sobre cuatro grandes estatuas, las estatuas de los cuatro padres de la iglesia: San Agustín, San Ambrosio para la Iglesia Latina y San Atanasio y San Juan Crisóstomo para la Iglesia Oriental.

Otra de las obras más importantes es el Baldaquino de Bronce que se encuentra sobre la Catedra de San Pedro fue mandada a construir entre 1624 y 1666 por encargo de su santidad el Papa Urbano VII; es una magnífica obra de Bernini, sus cuatro enormes columnas salomónicas que finalizan en volutas y en racimos son de una belleza sin par. El Baldaquino de Bronce se inspira en los baldaquinos de los tiempos de la cuaresma.

En 1647, durante el pontificado del austero Papa Inocencio X, pontificado señalado por una gran crisis económica de los Estados Pontificios, Bernini por encargo del Cardenal Cornaro ejecuta “El éxtasis de Santa Teresa” un impresionante conjunto escultórico para la capilla Cornaro de la iglesia de Santa María de la Victoria de Roma.

En esos días los detractores de Bernini lo acusaron de incompetente al haber sido demolido por falta de estabilidad el campanario de la fachada de la basílica de San Pedro. Ese tiempo fue sin embargo un tiempo muy fructífero en la vida del maestro pues en ese período ejecutó en Roma importantes y valiosísimas obras: “La Fuente de los Cuatro Ríos” en la plaza Navona y la escultura de “La Verdad” que actualmente se encuentra en la Galería Borghese.

En el Conclave de 1665, el cardenal Fabio Chigui es elegido sucesor de San Pedro, tomó el nombre de Alejandro VII y fue un Papa que fomentó en el Vaticano un clima humanista muy parecido al que se vivió en Roma durante el Pontificado de Inocencio X, Alejandro VII se interesó mucho también por las bellas artes y reunió importantes arquitectos con el fin de ejecutar planes urbanísticos de gran envergadura como la Plaza del Popolo (Pueblo).

Otra de las grandes obras de Gian Lorenzo es la Scala Regia construida entre 1653 y 1666. Es la escalera que comunica el Palacio Apostólico con la Basílica de San Pedro, fue construida durante el Renacimiento por Antonio Da Sangallo, sin embargo, fue con los arreglos de Bernini que alcanzó su mayor magnificencia. Bernini fue un mago extraordinario que logro una magistral conjunción entre perspectiva, drama y escultura. La Scala Regia es una obra cumbre, realmente incomparable, es por su inigualable belleza un camino al cielo, es realmente la más alta expresión que jamás ha existido del ideal de arquitectura y urbanismo.

Bernini construyó para la familia del Papa Alejandro VII la iglesia de la colegiata de Ariccia, la de Castel Gandolfo y la de Sant Andrea en el Quirinal que le encargó el cardenal Camile Pamphili.

Uno de los últimos trabajos que encargó el Papa Alejandro VII a Bernini fue su sepulcro, su mausoleo de estructura piramidal en el que se puede ver al Papa arrodillado y humilde, acosado por la parca. A ambos lados del sepulcro Bernini esculpió figuras femeninas, alegorías que representan: la Caridad, la Verdad, la Prudencia y la justicia.

Gian Lorenzo Bernini quien realizó grandes obras para cardenales, Papas, nobles y reyes falleció en Roma el 28 de noviembre de 1680. La moderna crítica de arte lo redescubrió recién en el siglo XIX al estudiar a profundidad el contexto en el que Bernini trabajó y pudo reconocer los incomparables e inigualables logros artísticos del maestro.

DATO

Gian Lorenzo Bernini quien es uno de los más grandes genios de la Historia del Arte; un brillante arquitecto y un genial pintor y escultor.

Dejanos un comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked with *.