CACHETAZO EN PARANÁ

Por Orlando Mazeyra Guillén

Melgar fue vapuleado por el modestísimo Patronato y la hinchada dijo: ¡Basta!

Melgar de Arequipa, lamentablemente, sigue sin encontrar el rumbo en la Copa Libertadores de América. El jueves pasado cayó goleado, sin atenuantes, por cuatro goles a uno contra el Patronato de Argentina: un club de la Primera B Nacional del fútbol argentino, que, sin hacer mucho —y esto es lo que más irrita a los seguidores del Dominó—, pasó por encima al deslucido equipo de Mariano Soso que parecía amateur (en el peor de los sentidos).

            Un manojo de entusiastas hinchas mistianos fue por aire y, sobre todo, por tierra —un viaje que toma más de tres o cuatro días— para alentar a Melgar en el estadio Presbítero Bartolomé Grella, con la ilusión de ganar o al menos rescatar un empate de visita. No obstante, una oncena sin alma que, desde el minuto inicial, se mostró timorata, dubitativa y sin ideas, falló clamorosamente y prácticamente le otorgó un gol de camerino al equipo de Entre Ríos. Lo que vino después, a pesar de un empate efímero con un golazo de Tomás Martínez, fue un bochorno mayúsculo.

            En los días previos al partido en Argentina, aparecieron futbolistas del equipo de la calle Consuelo posando con la camiseta de un equipo de la capital. No es la primera vez que se presentan estas situaciones indeseables: hace unas semanas atrás aparecieron publicaciones con Carlos Cáceda y Luis Iberico sonriendo en medio de banderas del club del que ambos son hinchas. Es sabido por todos que José Carranza es suegro del portero titular de Melgar. Sin embargo, sería recomendable que este repelente individuo deje de ser tan impertinente, porque su presunta labor de ‘topo’ es más que notoria. Pues, para nadie es un secreto que está preparando el terreno, es decir, los nuevos jales de su club para su centenario que es el próximo año (¿o Carranza cree que somos caídos del palto en Arequipa? ¡Que no se pase!).

Hinchas del Melgar esperan mejores resultados en los siguientes partidos.

            En el fútbol, como en la vida, si uno piensa mal… casi siempre acierta. Ojalá que no sea el caso. Pero si Cáceda e Iberico ya están pensando en el 2024, sería bueno que se sinceren y den un paso al costado por el bien de un equipo que los considera y al cual ellos le dieron tantas satisfacciones (porque los hinchas no olvidamos jornadas históricas como la del año pasado cuando eliminamos en Porto Alegre el poderoso Internacional por la tanda de los penales).

            No está demás repetir aquel viejo adagio que reza: “La mujer del César no sólo debe serlo, sino parecerlo”. Queremos profesionalismo, entrega y compromiso al 100%, nada más. A mí, como hincha incondicional de Melgar, no me interesa (ni me debería interesar) de qué club son hinchas los futbolistas que defienden los colores de mi equipo; sin embargo, si veo que en la cancha las cosas no se dan como uno espera, entonces asoman las más que comprensibles suspicacias —con fotitos innecesarias de por medio— y todo se pone de cabeza.

            En la Libertadores, salvo un milagro, Melgar (que sólo sumó un punto) por ahora está para pelear el tercer puesto con Patronato y así intentar jugar la Sudamericana en la segunda mitad del año. Los hinchas quisiéramos que no renunciemos a pelear el segundo lugar para clasificar en la Copa más importante para los clubes sudamericanos… pero ¿acaso hay ideas o sustento para seguir confiando? Melgar tendría que empezar a ganar y sumar de a 3 en casa en los dos partidos que le restan en Arequipa contra Atlético Nacional de Medellín y Patronato de Argentina, para finalmente buscar una hazaña en Asunción del Paraguay contra Olimpia.

            Por otro lado, en el Apertura ya no queda nada por hacer. Sólo seguir sumando de a tres para aproximarnos al puesto ocho y esperar el inicio del Clausura, torneo en el que Melgar no tiene margen para el error si quiere salvar el año 2023.

            El periodista Vicente Cisneros acierta cuando afirma que Pablo Lavallén llegó a Arequipa para destrozar al Melgar de Néstor Lorenzo. Fue así. Las buenas intenciones no cuentan y las cifras son más que elocuentes. Todavía seguimos en escombros luego del error que fue contratar a un entrenador que hizo mucho daño a Melgar. Soso, mal que bien, desde que debutó como DT del rojinegro sigue invicto en el torneo local y esperamos que, apenas sea posible, ejecute una poda aséptica a mitad de año y consiga los refuerzos que por fin estén a la altura de las expectativas de su comando técnico y de la hinchada mistiana.

            El viernes algunos hinchas fueron a ‘recibir’ al equipo en el aeropuerto Rodríguez Ballón. El malestar y la decepción fueron más que evidentes. No hubo ninguna clase de violencia (que jamás se justifica, desde luego), quizá algunas frases subidas de tono y que generaron la incomodidad de algunos jugadores. Yo me aúno al reclamo con esa frase que se escuchó varias veces en el aeropuerto: “¡Queremos jugadores que quieran a Melgar!”. No sólo jugadores sino un administrador y un gerente deportivo que de verdad respondan a la prensa, den la cara y estén en sintonía con la hinchada arequipeña.

            Yo me pregunto: ¿Puede querer al Melgar un señor como Ricardo Bettocchi que ni siquiera es arequipeño (además de que le apesta venir a Arequipa) y maneja al equipo a la distancia sin el menor entusiasmo del que se sabe hincha del Rojinegro? No, claro que no. Bettocchi no es hincha de Melgar, sólo hace negocios y punto. Nosotros, en cambio, cuando ellos desaparezcan del club seguiremos siendo hinchas de Melgar y amando a estos colores como amamos a Arequipa, nuestra única patria.

            Los hinchas sabemos quién se faja siempre por el equipo. Nunca discutiré la entrega la Bernardo Cuesta, nuestro capitán y goleador. Él es el corazón del equipo y cuando sale de la cancha lo que queda en el terreno es sólo una sombra. Por eso es tan importante contar con jugadores como él que siempre reclama y pide entrega, compromiso y amor por la camiseta. Cuando pedimos jugadores que quieran a Melgar, también pedimos a dirigentes que hagan lo mismo. Ansiamos más Cuestas en todos los ámbitos. Queremos que Melgar crezca tanto como Cuesta desde que llegó a Arequipa. A gente como él nunca dejaremos de admirar y alentar. Y sólo líderes como nuestro capitán nos ayudarán a volver a la victoria y soñar otra vez con una tercera estrella. Espero que Orzán siga los pasos de Bernardo Cuesta y se quede en Arequipa, los hinchas se lo agradeceríamos mucho. ¡Ojalá, mariscal!

Dejanos un comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked with *.