La labor de fiscalización del Congreso
Por: Carlos Meneses
El excongresista Víctor Andrés García Belaúnde dijo que el Legislativo no está cumpliendo con su rol fiscalizador, está “cohabitando” con el Gobierno de turno, “no puede ejerce libremente su tarea fiscalizadora porque existe una convivencia entre ambos poderes”.
El Congreso, es el órgano representativo de la Nación y tiene como funciones principales la representación del país, la dación de leyes, la permanente fiscalización y control político, orientados al desarrollo económico, político y social del Perú y otras funciones especiales.
La función de control político comprende a la investidura del Consejo de Ministros, el debate, la realización de actos e investigaciones y la aprobación de acuerdos sobre la conducta política del Gobierno, los actos de la administración y de las autoridades del Estado, el ejercicio de la delegación de facultades legislativas, el dictado de decretos de urgencia y la fiscalización sobre el uso y la disposición de bienes y recursos públicos, entre otros.
Entre sus funciones especiales del Congreso está el designar al Contralor General de la República, elegir al Defensor del Pueblo, así como a los miembros del Tribunal Constitucional, al Directorio del Banco Central de Reserva, y ratificar al Presidente del Banco Central de Reserva y al Superintendente de Banca y Seguros.
Recientemente eligió al Defensor del Pueblo, lo cual ocasionó una lluvia de críticas por considerar que no es la persona más idónea y calificada. En lo que se refiere al Tribunal Constitucional falta elegir al séptimo miembro y en el caso del Contralor de la República está con mandato vencido.
La mejor demostración que no investigan ni fiscalizan es el blindaje a los cuatro congresistas denominados como “Los niños”.
Este Congreso ha registrado cifras récord como casi 100 congresistas con diversas investigaciones y procesos por presuntos ilícitos; en las últimas semanas son 9 los parlamentarios que han sido acusados de descontar los sueldos de sus trabajadores.
Y como si fuera poco la desaprobación ciudadana del actual Parlamento sobrepasa el 90 por ciento; es decir que de cada 10 peruanos, 9 lo descalifican.