UN RETO PENDIENTE – Compromiso por la no violencia en escuelas
Por: Ricardo Montero
Cada vez es más común conocer actos de violencia en las escuelas. El portal SíseVe del Ministerio de Educación reporta que en los últimos diez años (15 de setiembre del 2013 al 30 de abril del 2023) se han registrado 55,248 casos de violencia escolar, ya sea física, psicológica o sexual. Lo grave es que entre el 2 de enero y el 30 de abril de este año, cuatrimestre de menor actividad escolar, pues las clases se reanudaron entre marzo y abril, SíseVe ya ha registrado 2,567 casos, un 200% más de los que registró en el mismo período del 2022 (853 casos).
En el reporte oficial existen datos que sorprenden. Por ejemplo, las mujeres escolares están envueltas en más casos de violencia que los varones (51% frente a 49%) y 4,402 casos corresponden al nivel inicial, que comprende a niños menores de 7 años. Además, Piura, con 3,924, es la región con más denuncias luego de Lima Metropolitana: 22,456.
Los datos del INEI al 2020 indican que el Perú cuenta con una población escolar de aproximadamente 9 millones 700,000 niños y adolescentes. De ese total, el 67.6% (6 millones 522 mil) tiene entre 0 y 11 años, que es el sector más vulnerable y, por lo tanto, más pasible de sufrir algún tipo de violencia en el ámbito educativo.
Es urgente revisar y cuestionarnos lo que hemos estado haciendo hasta ahora con el fin de tomar medidas integrales y sistémicas desde todos los campos, ya sean políticos, económicos, sociales, culturales, educativos, deportivos y otros, para disminuir este fenómeno que comienza a cercar a nuestra niñez y adolescencia.
En esta tarea deben cumplir un papel clave los medios de comunicación debido a que su valor social es enorme al patrocinar, defender, concienciar, sensibilizar y transmitir valores de no violencia, y al publicar, denunciar, y rechazar el acoso escolar o bullying y la violencia de toda forma contra la población escolar.
Sin embargo, no siempre se cumple esa tarea a cabalidad. Existen estudios de universidades, centros de investigación independientes y organizaciones multilaterales como Unesco, que advierten que la violencia desplegada por niños, niñas y adolescentes está altamente motivada por los contenidos violentos difundidos públicamente por los medios de comunicación.
Por ello, es tiempo de iniciar una gran cruzada que involucre a todos los profesionales de las comunicaciones para rescatar a nuestra población menor de edad. Convirtámonos en agentes de cambio asumiendo plenamente la responsabilidad de transmitir mensajes cargados de valores y así contribuir a disminuir la presencia de una violencia que ya comienza a cobrar vidas en las escuelas.
Los medios de comunicación poseemos la poderosa virtud de influencia sobre las audiencias. Utilicémosla para gradualmente convertirnos en uno de los más influyentes instrumentos en el desarrollo de patrones de comportamiento positivo en niños y adolescentes del país.