“Formas del fuego”, Alfredo Herrera. Hijos de la lluvia, 2023.
Por Willard Díaz
Alfredo Herrera, poeta itinerante, pasó los últimos años en Cusco desempeñando diversos cargos en el área cultural. “Formas del fuego” es un tributo a esa estadía que hace poco ha concluido. Conformado notoriamente como una expresión de gratitud que se muestra no solo en la dedicatoria sino también y mejor en la estructura retórica de su prosa, el libro consta de tres partes: la primera, “Apuntes para una teoría de la invisibilidad”, es un repaso rápido sobre la creación literaria cusqueña desde sus inicios con Garcilaso hasta arribar a los cinco autores analizados; la segunda parte, la más extensa, está dedicada a entrevistas con los autores, a partir de un cuestionario variable y ad hoc en el cual, sin embargo, es evidente la emoción tributaria y el afán de enraizar la historia actual en el pasado de la oralidad y la tradición cusqueña; la tercera parte está cubierta por un cuento de cada uno de los autores: Jaime Pantigozo, Juan Alberto Osorio, Karina Pacheco, Luis Nieto Degregori, Mario Guevara Paredes y Gabriela Caballero.
Quizás lo más importante son las entrevistas, pues constituyen una pequeña muestra de cómo interpretan algunos autores su obra y sus lazos simbólicos con la ciudad. Conocemos así la lucidez de Pantigozo, la erudición de Nieto, la franqueza de Caballero.
Definitivamente no se trata de una antología de obras sino de una panorámica testimonial de cinco (pudieron ser veinte, pudieron ser otros) escritores que observan no a la ciudad sino al espacio cultural cusqueño cada uno a su manera, con intereses diferentes y quizás por ello con puntos de vista a veces contrarios.