La revolución diferente de la Arequipa del Siglo XX
Por: Carlos Meneses Cornejo.
Buscan proteger educación, alimentación y cuidados para miles de personas vulnerables.
DOS JESUITAS LA PROMOVIERON
Arequipa ha sido reconocida como tierra de revoluciones que cambiaron gobiernos y destinos del Perú. La creencia generalizada es que esto ocurrió básicamente en los primeros años de la República y casi siempre derivados de participación de caudillos militares.
Pero en el siglo XX, se produjo en esta parte del país y liderado por dos sacerdotes jesuitas un movimiento diferente por el cual los pobres fortalecidos en el afán de mejorar se unieron alrededor de estos líderes religiosos para enfrentar y mejorar su alimentación, educación, obra pública.
Evitando el culto a la personalidad, la promoción se dio en dos lugares específicos de Arequipa, en la capital provincial del departamento del sur y singularmente también en el pueblo joven de San José en el distrito de Tiabaya.
Los jesuitas autores fueron: un italiano nacido en 1918 que llegó al Perú como inmigrante en 1936 y un español que, también, residió como el primero en el convento de La Compañía, ubicado en el corazón de la ciudad.
Ambos dedicaron su vida entera a la tarea de servir a los demás y que ahora visibles presencias tienen en educar a miles de niños, albergar a otros 400 a los que alimentan y cuidan. Así como conseguir donaciones privadas y públicas del Perú y del extranjero en apoyo de su causa.
Se caracterizaron asimismo porque declinaban todo honor indicando que sus movimientos no tenían ni nombre ni rostro. Fueron conocidos solamente como CIRCA y hasta cambiaron nombre para excluir toda posibilidad de ser reconocidos como autores de promoción. Ellos se llamaron, pues los dos clérigos ya murieron, Carlos Pozzo y Carlos Echávarri.
El Padre Pozzo llegó a Arequipa en abril de 1936 y se dedicó a trabajar en el campo como agricultor y el Padre Echávarri dormía y habitaba en medio de una chacra en San José de Tiabaya, dentro de una carpa de la Primera Guerra Mundial. Eran, además, y vivían como los pobres que los rodeaban.
Actualmente llegan a bordear los 2 mil alumnos que egresan de los colegios que fundaron que sons más de 30. El más reciente se ubica alrededor de un pueblo que empieza a nacer donde se está terminando de instalar un puente de acero que unirá Arequipa con La Joya, y que por cierto ya tiene nombre, además se imparten conocimientos a los escasos niños que por allí viven.
El primer empeño de CIRCA fue hacerle frente a la carencia de alimentos ofreciéndolos en forma gratuita a través de comedores populares y después la preferencia de su acción estuvo dirigida a la educación, consiguiendo que el Estado pagara los profesores y los padres de familia aportaran edificios para colegios y equipamiento.
Además, fueron especialmente cuidadosos en evitar conflictos y el fundador del Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú (SUTEP), dispuso que cualquier problema que tuviera CIRCA con ellos se resolviera en un alto nivel que comprendía a los que dirigían ambas instituciones.
Es bueno revelar que actualmente hay varias religiosas arequipeñas que han egresado de los colegios de CIRCA y que se cuentan entre las monjas de Santa Catalina y Santa Rosa también es de destacar que por iniciativa de los maestros de CIRCA se abrieron los albergues para niños desamparados y que Estados Unidos, Alemania, Canadá, Italia, España y otras naciones colaboran para el sostenimiento de la organización.
Es importante también señalar que el Padre Pozzo murió y CIRCA sigue viviendo con una mujer joven que lo asistió en actos religiosos desde los 7 años y que ambos sacerdotes que también trabajaron en el colegio de San José encargaron que se continuara el quehacer iniciado en la medida en que lo requirieran los problemas que surgían en la modernidad.
En próximo escrito nos ocuparemos de San José de Tiabaya donde por acción del sacerdote español en un cerro aislado hubo carretera, agua potable, luz eléctrica y pistas pavimentadas, así como centros de atención para la salud.
Lo más conocido por su trascendencia social y la fraternidad que provocó entre quienes solo tenían como riqueza su trabajo y la decisión de que es verdad aquello de que el pueblo unido nunca será vencido son aquellos niños jóvenes y adultos que se hermanaron para tener la fuerza necesaria y reclamar lo que con justicia se les debía dar.
Deliberadamente hemos omitido mencionar nombres excepto el de los promotores de la idea.