Fascinante arquitectura e historia de Arequipa es reconocida en el mundo

CELEBRA SU 483 ANIVERSARIO

La ciudad de Arequipa, en el sur de Perú, celebra un nuevo aniversario de su fundación, enriqueciendo aún más su fascinante historia que se extiende desde épocas prehispánicas hasta la actualidad. Con su impresionante arquitectura colonial, vibrante cultura y un legado de resistencia y creatividad, Arequipa se presenta como un faro cultural en el país.

La ciudad de Arequipa fue fundada el 15 de agosto de 1540 por el capitán español Garcí Manuel de Carbajal. Desde sus inicios, la región se destacó como un importante centro comercial y administrativo en el Virreinato del Perú. Su ubicación estratégica en la ruta comercial entre Lima y Potosí contribuyó a su crecimiento y prosperidad.

Uno de los aspectos más distintivos de Arequipa es su arquitectura colonial. La ciudad es famosa por sus edificaciones construidas con sillar, una piedra volcánica blanca, que le confiere un aspecto majestuoso. La Catedral de Arequipa, la iglesia de la Compañía y los monasterios de Santa Catalina y San Francisco son ejemplos destacados de esta rica herencia arquitectónica.

Arequipa ha demostrado una notable resiliencia a lo largo de su historia. Durante la lucha por la Independencia del Perú, la ciudad fue un bastión de resistencia ante las fuerzas coloniales. Además, su gente ha enfrentado desafíos como terremotos devastadores, como el ocurrido en 1868, que dejó huellas en su arquitectura y en el espíritu de la comunidad.

La ciudad también es un epicentro cultural. Arequipa ha dado lugar a influyentes literatos y poetas, como el famoso autor Mario Vargas Llosa. Además, sus festividades y tradiciones, como la Semana Santa, atraen a visitantes nacionales e internacionales, resaltando la importancia de la religión y la cultura en la vida de sus habitantes.

Complejo de los Claustros de La Compañía.

El sillar que ornamenta la Ciudad Blanca, es sin duda, el centro de atención de todos los turistas que deciden ir a Arequipa, una piedra de origen volcánico. De hecho, dentro de todo el centro histórico se podrán apreciar resaltantes construcciones a base de sillar, las cuales se encuentran en perfecto estado de conservación hasta el día de hoy. Esta inmaculada presentación, le valió a la ciudad de Arequipa el reconocimiento de la Unesco como Patrimonio de la Humanidad el 2 de diciembre del 2000.

Las edificaciones ubicadas en el centro de la región son resultado de la mezcla de técnicas de construcción europea y autóctona, producto de un trabajo sinergia entre los arquitectos españoles y los albañiles criollos e indígenas.

Todo este espectáculo arquitectónico que ofrece Arequipa se completa con su pródiga campiña, la cual se ornamenta de un abundante verdor. Una vez ahí, se puede divisar uno que otro ejemplar vacuno arando la tierra desde el amanecer, dirigidos por campesinos ataviados con su característico sombrero blanco. 

Y todo esto termina por completarse con sus característicos y majestuosos volcanes tales como el Misti, Chachani y Pichu Pichu, guardianes tutelares que se podrán divisar en diversos puntos de la urbe, sobre todo en el mirador de Yanahuara. 

Otro distintivo que caracteriza a los habitantes de Arequipa es su arraigado orgullo regional que se manifiesta a través de rasgos como su espíritu anticentralista, su naturaleza rebelde y su disposición a confrontar con autenticidad. Por encima de todo, rechazan ocupar el segundo lugar debido al centralismo que ejemplifica la ciudad de Lima, capital de Perú.

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