Cómo ser feliz con tus hijastros
Por: María Marín
Estaba viendo un portal de noticias cuando de repente me salió una nota sobre la presentadora mexicana Galilea Montijo y su amor incondicional hacia sus dos hijastros, a pesar de no convivir más con el padre de estos y de su propio hijo. Y es que lo primero que Galilea dijo al anunciar el fin de su matrimonio fue que ella seguiría compartiendo con sus hijastros, y a quienes siempre ha llamado sus hijos de por vida.
Y de esa gran suerte, de encontrar una mujer que te ame como si te hubiera parido sé yo, pues fui criada por el ser más amoroso, dulce y comprensivo que Dios pudo poner al lado de mi papá tras enviudar. Pero no todas las mujeres que contraen nupcias con un hombre con hijos, logran amar a sus hijastros como si fueran suyos. Cuando un niño es pequeño, conquistar su amor es fácil, pero cuando se trata de un adolescente el trabajo suele ser difícil, pero jamás imposible.
Cómo ganarte a tus hijastros:
Llénate de paciencia infinita: Puedes sentir que vives lo peor de tu vida y querrás acabar con el matrimonio, pues tendrás que soportar muchos rechazos, berrinches, rebeldía y hasta faltas de respeto; pero si tienes un buen esposo, vale la pena estirar la paciencia y no “tirar la toalla”. De hecho, mi mamá asegura que su mejor secreto para conquistarnos fue la paciencia.
Dale espacio con su papá: Recuerda que ellos piensan que una madrastra llega automáticamente a quitarle el amor y el tiempo de papá. Y si se trata de un padre muy ocupado con su trabajo, peor aún. Haz que tu esposo separe un tiempo exclusivo con sus hijos semanalmente, así sea una hora. Compartir con él acelerará el proceso de aceptarte.
Demuéstrales amor desde el primer día: Cuando te metes en tu mente que los amarás mucho, automáticamente ese amor empieza a conspirar para que primeramente tú los puedas aceptar con todas sus virtudes y defectos. Tu decisión de amar será el motor para soportarlos, comprenderlos y tratarlos de la misma forma que tratas a tus hijos biológicos. Un día descubrirás que ellos también te aman y son tus hijos de por vida.