La muerte de Mauricio Romaña
Por: Carlos Meneses
La muerte de Mauricio Romaña conmueve no sólo a los arequipeños, sino a todos los peruanos que tuvieron oportunidad de conocerlo y de vivir con él campaña intensa de promoción turística y de defensa de los valores naturales de nuestra tierra.
Toda muerte ocasiona dolor entre familiares y amigos del extinto, pero en el caso de Mauricio de Romaña Bustamante el luto alcanza a todos los arequipeños y no sólo de los que viven al pie del Misti, sino también a los costeños de Mejía y a los cayllominos que fueron conocidos en poblaciones del Valle del Colca y de los volcanes.
Ingeniero agrónomo de profesión subía y bajaba en su tierra natal con un solo pulmón, el conductor de televisión y periodista, Rafo León, autor del programa “Tiempo de viaje”, dice que era un personaje incansable para abrir al turismo los pueblos de Caylloma, defender los humedales de las lagunas de Mejía y procurar el desarrollo, preservación y conservación de recursos naturales.
Vivía en Sabandía en una casa que fue propiedad de su familia durante 100 años. Tenía problemas en vértebras; sus 88 años, edad en la que falleció, no le cambiaron el carácter ni tampoco le obligaron a abandonar sus ideales de desarrollo sin perder humor por todo lo que pudo conocer y hacer.
Mauricio Romaña ha pedido ser incinerado y hoy lo será en el cementerio de La Esperanza, se va un hombre extraordinario en todo sentido y no faltó quien sugirió que junto a los hoteles, casas vivenciales y restaurantes aparezcan crespones de luto recordando que fue un enamorado de Arequipa y un hombre al que difícilmente olvidaremos.
Al decirle adiós asumimos el compromiso de continuar su labor y ojalá nos ayude el Dios al que él también quiso para cumplir por los menos en parte lo que en vida hizo.