Los estados de emergencia
Por: Carlos Meneses

Es de esperar que la situación de emergencia ordenada por el gobierno para apoyar con la Fuerza Armada la actividad de la Policía Nacional del Perú se supere prontamente y se devuelva confianza en los poderes constituidos para este y futuros gobiernos.

Todos los estados de emergencia que proclama un gobierno cuando está en apuros suspenden la vigencia de derechos constitucionales y provocan inquietud en la ciudadanía. Hoy en el Perú se supone que por un tiempo determinado en dos distritos limeños y también en Piura a mérito de una declaración decidida por el gobierno de la presidenta Boluarte y del gabinete Otárola, regirá un estado en el que la Fuerza Armada saldrá a la calle para reforzar quehacer que corresponde a la Policía Nacional del Perú que, presuntamente, se encontraría superada por el afán delincuencial que obliga a imponer un estado de intervención en apoyo de Policía superada por delincuencia.

Las disposiciones complementarias para la vigencia de lo ordenado por el gobierno serán de conocimiento y detalle en las horas siguientes. Ojalá el tiempo de duración de esta situación sea breve y superada por la medida adoptada y por los casos de extorsión y acciones delictivas que obligaron a imponerlas.

En todo caso, se evidencia la necesidad de hacer reformas en el aparato nacional de guardianía ciudadana para proteger a la población en general ante la violencia con la que se explica el motivo de la adopción de las medidas necesarias para corregir una situación que alarma y que preocupa a todos.

También es bueno de decir que la democracia se tiene que defender de quienes quieren imponer un sistema de vida que la ciudadanía no acepta, pues resulta contraria a la normalidad y al buen destino del futuro del país. Tenemos confianza en que tanto el Poder Ejecutivo como el Congreso de la República dictarán las medidas más oportunas y necesarias para que podamos seguir viviendo en el grupo de naciones que tiene estabilidad política y garantías suficientes para superar la contingencia actual.

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