Por: Milton von Hesse – Director de Videnza Consultores

VIDENZA INFORMA

Esta semana se está desarrollando Perumin en Arequipa, la conferencia sobre minería más importante del país y que sirve para reflexionar sobre la importancia de este sector, analizar los problemas que enfrenta su desarrollo sostenible y sugerir vías para su mayor proyección hacia el futuro. En medio de un contexto recesivo, en el que -según las estimaciones oficiales del INEI- la economía peruana decreció en 0.58% en el periodo enero-julio de este año, caída explicada por los decrecimientos de la agricultura (-3%), la pesca (-34%), la manufactura (-7%) y la construcción (-9%); la minería y los hidrocarburos son los sectores que han permitido mitigar esta caída al haber crecido en conjunto a una tasa del 10.1% en el periodo analizado. La minería peruana, no cabe duda, es un sector fundamental para nuestro crecimiento de largo plazo. Representa poco más del 14% de toda nuestra producción de bienes y servicios y más del 60% de las exportaciones del país en la primera mitad del año.

A pesar de esta importancia como motor de la economía, existe entre la clase política del país un sentimiento anti minero de origen ideológico que no permite que se le dé un sentido de urgencia a las inversiones formales en este sector. Así, por ejemplo, de acuerdo al ultimo reporte del MINEM que actualiza las inversiones en proyectos mineros pendientes, cuatro de ellos, que en conjunto representaban el 12% del total de la cartera, no van más. Uno de ellos por voluntad propia de la empresa y los otros tres por no haber aprobado sus evaluaciones ambientales. Tampoco está en la agenda del gobierno reactivar proyectos importantes como Conga en Cajamarca o Tía María acá en Arequipa.

El Instituto Peruano de Economía (IPE) ha difundido recientemente el costo para el país de haber postergado sucesivamente la ejecución de 23 proyectos importantes mineros ubicados a lo largo del territorio nacional. El monto del impacto económico de los proyectos no ejecutados en el periodo 2008 a 2022 por razones ajenas a las empresas fue de 700 mil millones de soles (a precios del 2007); es decir, 1.2 veces el valor del PBI peruano. La cantidad de ingresos perdidos por tributos, exportaciones, canon y regalías mineras, generados por este desinterés en priorizar las inversiones sostenibles en este sector nos está pasando una factura enorme que tendrán que pagar las futuras generaciones de peruanos. Urge reactivar la inversión privada en el país y la minería moderna ofrece la posibilidad real de revertir la tendencia negativa de dicho indicador que registra durante seis semestres consecutivos cifras decrecientes. Es hora, pues, de dejar los prejuicios de lado y fijar la atención en el bienestar de las futuras generaciones. El mayor de los éxitos para el desarrollo de esta conferencia que es ya una tradición en Arequipa.