Caridad y verdad
P. Luis Andrés Carpio Sardón

Una actitud ante la que el Papa Francisco nos alerta es la de “coger la verdad y dar cocachos a los demás con ésta”: una exposición de la verdad que no tiene en cuenta al otro y sus circunstancias, porque pensemos que lo importante es lo que cada uno sabe que se debe hacer o lo que está establecido que se debe cumplir, sin matices ni más consideraciones. Francisco recuerda que Jesús veía primero a la persona y, sólo después, se fijaba en sus demás circunstancias: en si era mejor o peor persona. Lo que le importaba es que estaba ante “alguien”, no ante el Curriculum Vitae de esa persona.

San Pablo dice “viviendo la verdad con caridad”, con lo que enseña que la verdad siempre se debe dar a conocer con cariño y que también siempre se debe llevar a la práctica de la misma manera.

La enseñanza de la verdad sin amor se puede hacer incluso cruel y distante; como quien habla desde un nivel de superioridad moral.

Sin embargo, al revés también sucede los mismo: el amor tiene que ir unido a la verdad, según la enseñanza de Benedicto XVI: “sin verdad, la caridad cae en mero sentimentalismo. El amor se convierte en un envoltorio vacío que se rellena arbitrariamente”.

Es el error que fácilmente puede cometer un papá o una mamá al criar y educar a su hijo con más corazón que cabeza: engriéndolo. Todos sabemos que ese niño sufrirá en su vida porque nadie más le dará esa atención exagerada que recibe de sus papás; y además, en el futuro, ese niño hará sufrir a los que estén con él porque demandará constantemente cariño, sin plantearse que los demás no están al servicio de sus sentimientos, sino que también están necesitados del amor que él les puede dar.

Es por eso que la Doctrina social de la Iglesia enseña que la caridad, que es fundamental en todo el mensaje cristiano, deba ir siempre acompañada con la verdad. Benedicto XVI dijo: “caridad en la verdad” es el principio sobre el que gira la doctrina social de la Iglesia”.

Los pensadores clásicos también lo intuyeron: “Sócrates es mi amigo, pero soy más amigo de la verdad”, dijo Aristóteles. Amor y verdad.

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