Monumento al cóndor, plaza cívica y cementerio generaron despilfarro de cerca de S/ 10 millones
Por: Jorge Turpo Rivas

La deficiente ejecución del presupuesto público es un problema que nos sigue dejando sin recursos y con más personas en situación de pobreza. El Pueblo pone el ojo en las obras que son un «monumento al despilfarro» para que no se repita la historia y empecemos a usar el dinero en proyectos que acorten las brechas sociales.

NO MÁS OBRAS INÚTILES EN UN PAÍS POBRE

En el ingreso a Arequipa, por la Variante de Uchumayo, está uno de los mayores monumentos al despilfarro hecho por una autoridad con dinero del canon y regalías mineras. La zona se inunda cuando hay lluvias o cuando se desborda una acequia cercana, pero el exgobernador regional, Elmer Cáceres Llica, no invirtió en un drenaje pluvial, decidió colocar un gigante monumento a la “trilogía andina”: un cóndor, un puma y una serpiente que además desvirtuó agregándole la figura de un león africano para no desentonar con la referencia al “León del Sur”, como algunos llaman a Arequipa.

En ese óvalo había un leoncito hecho en sillar, la piedra volcánica de la ciudad, pero Cáceres Llica lo mandó a retirar y reemplazó por ese extraño monumento en fibra de vidrio.

Y no quedó allí, luego mandó a pintar unos murales gigantes en el zanjón o vía rápida de la Variante de Uchumayo. En ambas alegorías hechas el 2019, gastó 3 millones de soles.

“Esos murales no tienen ninguna utilidad, ni los puedes ver porque los carros pasan a mucha velocidad, nadie se detiene a verlos. Y ese monumento no tiene sentido, no son ni los símbolos de Arequipa”, comenta Ramiro Ojeda, comerciante de la zona.

El exconsejero regional, José Luis Hancco, también cuestionó el gasto en ese tipo de proyectos. “El adorno no es prioritario, deberían preocuparse por culminar las vías auxiliares que conectan a los distritos aledaños, dijo en su momento.

Cáceres Llica se hacía llamar “El Cóndor” o “Hijo del Cóndor”. Nació en el valle del Colca, donde habita la inmensa ave, y siempre lo tuvo como una marca o distintivo personal.

El monumento al cóndor ha quedado a la entrada de Arequipa como la bienvenida a una ciudad donde el presupuesto público no se usa para sacar a la gente de la pobreza, sino para complacer los egos o delirios de algunas autoridades.

JARDÍN DE IRREGULARIDADES

El informe 08-5334, de la Contraloría General de la República, concluye que la construcción de la Plaza Cívica de la Asociación Jardín del Colca, en el distrito de Yura, generó un perjuicio económico a la región de 5 millones 77 mil soles.

Se trata de otra obra del exgobernador, Elmer Cáceres Llica. El presupuesto inicial fue de 2 millones 640 mil soles, pero hubo tantos adicionales que el monto prácticamente se duplicó.

Y no queda allí, esa obra está plagada de irregularidades. En principio, se construyó en una zona que no tiene saneamiento físico legal. Jardín del Colca es una invasión de terrenos del Estado. El presidente de esa asociación fue, Hugo Mendoza, asesor y amigo personal de Cáceres Llica.

La plaza cívica se hizo en un lugar que no cuenta con los servicios básicos de agua y desagüe.

Además de la intervención de la Contraloría, el Consejo Regional formó una comisión investigadora para esa obra.

“Lo que logramos corroborar, además de todas las irregularidades, adicionales y ampliaciones de plazo, es que Cáceres Llica tiene una casa frente a la plaza cívica, es decir que además habría buscado un beneficio personal”, dijo Harbert Zúñiga, exconsejero regional y presidente de la comisión investigadora.

Y cómo no podía faltar, Cáceres Llica, ordenó colocar la estatua de un cóndor en la pileta central de la plaza cívica. La inauguración la hizo a lo grande bailando Wititi. Fue una de sus últimas apariciones en público antes de que sea capturado y enviado a cumplir prisión preventiva por otro presunto caso de corrupción: el denominado caso “Los hijos del Cóndor”, donde se le acusa de haber buscado la adhesión de algunos consejeros regionales a cambio de dinero y terrenos.

En el informe de la Contraloría, de agosto de 2022, se dispone iniciar denuncia penal contra Cáceres Llica y los funcionarios que permitieron que se destine presupuesto para Jardín del Colca. Todavía el proceso judicial está en marcha.

CEMENTERIO COVID

En plena pandemia de la Covid-19, Cáceres Llica, siguió bailando Wititi en diferentes pueblos de la zona andina de Arequipa donde pasaba varios días repartiendo cheques de transferencia económica a los alcaldes provinciales y distritales.

Desde ahí recomendaba comer carne de llama para prevenir el contagio del virus y otras barbaridades que quedaron en la historia nefasta de esos días tan duros para tantas familias.

La deficiencia en los servicios de salud en Arequipa, hicieron que sea una de las regiones con mayor cantidad de fallecidos, sobre todo en la segunda ola de la enfermedad.

Fue allí que Cáceres Llica apareció con la idea de abrir un nuevo cementerio exclusivo para las personas que fallecían a consecuencia de la Covid-19.

Se trató del Cementerio Culebrillas en el distrito de Uchumayo.

Según el informe 07-5334, de la Contraloría, ese proyecto generó un perjuicio económico de 962 mil soles. Es que se hizo sin expediente técnico, sin los permisos de la municipalidad distrital y contraviniendo todo tipo de normas.

Se tuvo que paralizar el proyecto y se dispuso que los ocho cuerpos que fueron enterrados en el lugar sean exhumados y trasladados a otro cementerio.

MALA INVERSIÓN

Sólo en tres obras del exgobernador, Cáceres Llica, se despilfarraron cerca de 10 millones de soles. Dinero que pudo ayudar a acortar las brechas sociales en provincias como Caylloma donde hay distritos con más del 70% de niños menores de cinco años afectados por la anemia.

Mónica Muñoz Nájar, economista de la Red de Estudios para el Desarrollo, sostiene que hay varios factores que determinan la mala inversión en los gobierno regionales y locales.

Uno de ellos es la falta de capacidad del personal que tiene a su cargo las áreas de ejecución presupuestal.

“En el 2020, Servir hizo una evaluación a todos los encargados de la inversión pública para ver cómo estaban en sus competencias y el 54% jaló el examen, es decir que más de la mitad de los que están operando el sistema de inversiones, hablamos de formuladores, evaluadores de proyectos no pasan el examen, ahí tenemos un problema de capacidad”, comentó.

Pero además de capacidad, también está la injerencia de cada autoridad que prioriza proyectos según sus intereses. No se piensa en acortar las brechas sociales, sino en gastar por gastar, y muchas veces para terminar beneficiándose con dinero público.

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