La esquina del chocolate se renueva en el corazón del Centro Histórico

Por Jorge Turpo Rivas.

La tradicional tienda de Jerusalén con San José, fue restaurada y puesta en valor. Pronto será un museo y un taller de elaboración de chocolates artesanales. La marca arequipeña ya conquistó el mercado chileno donde abrieron seis tiendas.

LA IBÉRICA OFRECE UNA NUEVA EXPERIENCIA DE COMPRA

La esquina más dulce de Arequipa está en el cruce de Jerusalén con San José. Una casona color chocolate se impone con su arquitectura y su fragancia en el corazón del Centro Histórico. Es la tienda de La Ibérica, una lovemark arequipeña con 114 años de tradición.

Juan Vidaurrázaga Menchaca, inició la empresa en 1909. Elaboraba mazapán a base de almendras traídas de Europa. La Primera Guerra Mundial y luego la Guerra Civil Española, impidieron que sigan llegando las almendras, fue ahí que empezó a usar la castaña.

“Pasadas las guerras, quiso volver a las almendras, pero la gente le pedía que siga usando la castaña y luego el cacao chuncho que desde entonces es el insumo principal de nuestros chocolates”, dice la gerenta de marketing, Claudia Vidaurrázaga.

Ella es parte de la tercera generación de la familia que continúa con la fábrica de chocolates.

–El sueño de todo niño es una fábrica de chocolates ¿Cómo fue tu infancia teniendo a la mano la fábrica que forjó tu abuelo?

–(Sonríe) Muchos pueden pensar eso, es decir de que teníamos todo a la mano y en abundancia, pero no era así. Digamos que mi familia siempre fue austera y valoraba mucho el trabajo. Muchas veces estábamos en la fábrica, pero ayudando en la producción o atendiendo al público. Yo recuerdo haber trabajado aquí en varias vacaciones del colegio.

INVERSIÓN

Son tiempos difíciles para la economía nacional, afrontamos una recesión galopante, pero en La Ibérica decidieron seguir invirtiendo para ofrecer un mejor servicio en su tienda más representativa e histórica que ahora luce remodelada, ampliada y puesta en valor.

“Es el compromiso de La Ibérica con Arequipa, no hemos dejado de invertir a pesar de la recesión y ahora tenemos esta hermosa casona al servicio de la ciudad. La inversión fue de 230 mil dólares”, dijo el gerente de la empresa, Bernardo Suárez.

Esta inversión es el primer paso de un proyecto más grande en la esquina de La Ibérica que incluye implementar un museo del chocolate y un taller donde se aprecie la elaboración artesanal de algunos productos.

“El taller permitirá ver desde la calle cómo se hacen, por ejemplo: la guagua de mazapán que dejamos de hacer porque su elaboración es bastante artesanal. Luego haremos el museo para mostrar las máquinas antigüas que se usaban hace décadas. La idea es tangibilizar la historia, tenemos 114 años”, apunta Suárez.

La Ibérica tiene 56 tiendas en Perú, pero también han ingresado al mercado europeo, además de Estados Unidos, Canadá, México y Chile, donde ya tienen seis tiendas.

–Seis tiendas en Chile ¿No temen que en algún momento los chilenos también digan que La Ibérica es de ellos? –. Le pregunto al gerente.

–(Sonríe) No creo, La Ibérica es una lovemark un emblema de Arequipa. Fue interesante ingresar al mercado chileno, lo debimos hacer antes. En Chile consumen tres veces más chocolate que en Perú. Nosotros entramos con una propuesta diferente. En Chile hay productos de alto precio, lindos empaques, pero muy mal chocolate. Hemos ido a darles un producto de mejor calidad, con buen empaque y un precio similar o ligeramente por encima de las marcas europeas y americanas con las que también competimos aquí.

–¿Cuál es la particularidad del cacao chuncho?

–Desde que lo miras es distinto, porque es más pequeño y es amarillo. Mientras que el cacao híbrido, que es el más utilizado en el mundo, es grande y rojo. En términos de color, sabor, aroma y textura, el cacao chuncho es muy superior al otro. Pero al ser pequeño, el cacao chuncho es menos productivo, sacas menos chocolate con la misma cantidad de kilos que el otro, pero ganas en calidad.

–¿En qué región del país se produce?

–Sólo en Cusco, en el valle de La Convención. Ahí tenemos un centro de beneficio donde hacemos el trabajo después de la cosecha: la fermentación, secado, limpieza y selección. Trabajamos con 500 familias productoras de la región. Adicionalmente con el santuario de Megantoni.

La tienda de la esquina de La Ibérica ofrece ahora un ambiente más amplio (120 m2) y la posibilidad del autoservicio, es decir uno coge una canasta y la va llenando con los productos de los anaqueles que desea llevar.

El chocolate de cacao chuncho, gracias a la familia Vidaurrázaga, también forma parte del patrimonio histórico de Arequipa.

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