El fin de un conflicto

Por: Carlos Meneses

Los propósitos de enmienda que se observan en el Congreso deben ser útiles para garantizar un proceso electoral próximo que satisfaga a los demócratas de dentro y fuera del país.

A los demócratas peruanos y también a muchos extranjeros les preocupó la indebida intervención del Congreso en las diferencias surgidas sobre el manejo de la Junta Nacional de Justicia (JNJ). Hasta legisladores estadounidenses expresaron su preocupación por la situación ocurrida y cuando se llegó al extremo de pretender inhabilitar por 10 años en la función pública a los integrantes de la JNJ, se opinó en contrario y se sostuvo la inconveniencia de la medida.

El asunto ha sido zanjado de la mejor manera. Dos de los miembros cuestionados de la JNJ tendrán la posibilidad de acudir a la vía judicial o constitucional para que se pronuncien sobre el problema planteado. Entretanto se procederá a nombrar a los sucesores que por legítimo encargo deben asumir las funciones de los cesados.  

Así se confiará a un juez constitucional lo que mejor corresponda y los afectados tendrán la opción de defender el afán de servir a la patria.

En todo caso, ante América y demócratas del propio país se está haciendo lo que consideramos es una buena solución al conflicto inicial y dejando en manos de competentes instituciones lo que parecía ser un acto de prepotencia de un poder del Estado, que no puede tomar una decisión al margen de la razón y la justicia.

Ojalá también signifique una medida como la adoptada una demostración de que hay propósito de enmienda en algunos excesos advertidos en el Parlamento y que son motivo de preocupación dada la proximidad del proceso electoral en el país.

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