Por: Carlos Meneses

Aparecer ante el mundo entero como país con economía en crisis requiere un cambio de políticas y no solo de hombres.

No se trata de un cambio de personas sino, básicamente, de políticas equivocadas que han conducido a que 2 centros de estudios económicos internacionales se pronuncien desfavorablemente respecto de políticas que sigue el gobierno y, especialmente, el Congreso que, sin oposición del Ejecutivo, nos han conducido a una rebaja en la condición de merecer crédito de los inversionistas públicos y privados del mundo.

Lamentablemente, el ministro de Economía no ha tenido una reacción adecuada, como responsable de su sector hubiera impedido los excesos determinantes de la situación revelada.

Todavía hay tiempo de enmendar plana y de devolver la confianza internacional a quienes pueden venir a invertir en el país o a los nacionales que deciden hacerlo en la seguridad y tranquilidad de que los errores cometidos serán enmendados o que no se permitirán nuevos excesos que determinen desconfianza en inversiones y creaciones de empleo.

Que el Perú resulte menos atractivo que antes es definitivamente malo para quienes requerimos confianza en el futuro de un país que se esfuerza por superar los negativos efectos de la pandemia y que ahora parece no tener brújula para orientar sus esfuerzos hacia lo mejor.

Todo está subiendo de precio y las causas son en parte internacionales, pero en la mayoría de los casos están provocados por errores que se están cometiendo en las finanzas públicas.