Peschiera cumplió su sueño de niño, navegar y ganar una medalla

Después de 32 años, el Perú inscribió su nombre en el medallero de las Olimpiadas. Ayer en Francia, el deportista Stefano Peschiera ganó el bronce en la vela olímpica cumpliendo así su sueño de niño junto a su abuelo. Pidió unión de todos los peruanos para salir adelante y dedicó el logró al país.
Parece poco, pero es bastante. Perú volvió al podio olímpico después de 32 años. La vela, un deporte que no es muy popular, nos dio una medalla de bronce en Francia 2024 gracias al gran trabajo de Stefano Pescheira. Millones de peruanos siguieron la competencia al frente de sus televisores. Cada uno celebró a su manera. El país necesitaba una alegría que se la dio el deporte a pesar de que para las autoridades es la última rueda del coche.
«Un sueño cumplido desde que mi abuelo me enseñó navegar. Es el fruto de un trabajo bien hecho y profesional a todo un equipo, un país, instituciones y auspiciadores que están en las buenas y en las malas. El apoyo de mi familia fue fundamental. Debemos tener un país unido donde un peruano no sea enemigo de otro peruano, debemos apoyarnos todos juntos para salir adelante», dijo emocionado Peschiera.
Su familia estalló de alegría en Marsella, al saber que el deportista de 29 años, se subió al podio de la vela olímpica, en la especialidad Dinghy masculina, junto con el australiano Matt Wearn, quien revalidó la medalla de oro, y el chipriota Pavlos Kontides, en quien recayó la medalla de plata.
En medio de la emoción por el triunfo, la madre del velerista, María Elena Loret de Mola, recordó que Stefano empezó a los seis años en este deporte, dado que es miembro de una familia largamente ligada a la vela. Su abuelo, Alfonso, lo llevaba a navegar desde muy pequeño en su nave Anfitrite.
La señora María Elena, quien es terapeuta, señaló que «la batalla ha sido muy reñida» y «muy grande la emoción» de saber que obtuvo medalla de bronce». «A veces las cosas no se entienden, pero él tenía que obstaculizar al (velerista) inglés si quería quedar tercero; entonces, por eso se quedó un poco, para así obstaculizarlo».


Orgullosa de su hijo, reconoce que victorias como ésta requieren «mucho sacrificio y esfuerzo» y recordó los días en que debía acudir al colegio para pedir permisos a los profesores a fin de que su hijo pueda ensayar. Stefano ha sido el primer peruano en competir en este deporte en unos Juegos Olímpicos.
Loret de Mola reveló, a modo de lección, que «es necesario aprender a posponer la recompensa», refiriéndose a la importancia de no buscar la gratificación inmediata sino a la paciencia y al esfuerzo a largo plazo para alcanzar grandes logros.
Cabe recordar que Stefano fue el primer peruano en competir en este deporte en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. En aquella cita concluyó en el puesto 31 y en Tokio 2020 lo hizo en el puesto 25.
La madre del campeón peruano dijo que el velerista se alejó totalmente de las redes sociales para estar muy concentrado, debido a que, después de cada participación, debía recuperarse. «Si lo distraemos, no puede recuperarse; por eso pedimos a los medios de comunicación su comprensión y agradecemos por eso».
En medio del fuerte calor en Marsella, reconoció que una de las preocupaciones era que su hijo se hidrate bien ante el intenso sol que a veces llegaba a los 26 o 27 grados. «Fueron 6 días en que (los competidores) tenían que recuperarse, alimentarse, hidratarse para continuar en este calor horroroso».
Loret de Mola comentó que toda su familia se encuentra acompañando al velerista y están bastante agradecidos por los mensajes de aliento que los compatriotas enviaron, pese a que Stefano se encontraba absolutamente concentrado y lejos de las redes.
La especialidad Dinghy masculina pudo completarse después de que las condiciones de viento ligero en Marsella postergara muchas de las pruebas que estaban previstas para el lunes y martes, lo que mantuvo a la expectativa a los deportistas.
Dato
Perú ha acumulado cinco medallas olímpicas. Tres de esas preseas llegaron en el tiro, con el oro de Edwin Vásquez (Londres-1948) y las platas de Francisco Boza (Los Ángeles-1984) y Juan Giha (Barcelona-1992). La otra medalla fue una plata alcanzada por el equipo de voleibol femenino en Seúl-1988. La quinta se consiguió ayer con Stefano Peschiera en París 2024.