A todos los peruanos costó liberar a esclavos negros

Por Carlos Meneses Cornejo

Pero no a los arequipeños porque aquí no había siervos provenientes del Congo.

ESPECIALES DE AREQUIPA: Los arequipeños que yo conocí

Cuando San Martín proclamó la Independencia del Perú decretó también la desaparición de esclavos que incluía a los negros que trajeron los adinerados peruanos del Congo para ponerlos a trabajar en la explotación de la tierra. Ramón Castilla se puso a la cabeza de la rebelión arequipeña de 1854.

José Rufino Echenique.

Rufino Echenique junto al pueblo de Arequipa proclamaron a Ramón Castilla como presidente provisional del Perú y con los soldados que lo respaldaron comenzó a marchar con dirección a Lima. Llegó a Ayacucho donde en la ciudad de Huamanga decretó la abolición de la esclavitud de los que habían sido excluidos del grupo de San Martín. Esto sucedió 9 años antes de que en los Estados Unidos aboliera, el presidente Abraham Lincoln, la esclavitud de los negros estadounidenses.

Los únicos descendientes congoleños negros que quedaban en Perú eran aquellos nacidos antes de que el Libertador San Martín declarase la Independencia nacional, es decir que los únicos esclavos que había en Perú cuando Castilla ordena su libertad eran los que tenían 33 o más años de edad y que resultaron favorecidos con la decisión de Castilla.

Los amos o dueños de esclavos que había en Arequipa eran tan escasos que prácticamente no los había en esta parte del país y posiblemente llegaron a Arequipa cuando el conquistador Diego de Almagro estuvo aquí, antes de que se fundara Arequipa, en 1537.

Que se sepa Lucas Martínez Vegazo, un comerciante que llegó en dos navíos cargados de esclavos a las costas arequipeñas, trajo los únicos negros congoleños que habitaron en esta tierra y que ya habían desaparecido en la época de Castilla.

Don Ramón Castilla fue declarado en Arequipa presidente provisional del Perú.

Sin embargo, en todas las épocas y en todos los tiempos siempre hay un malvado que se encarga de traficar con el dinero del Estado. El que se aprovechó de la situación que ordenó Castilla de compensar económicamente a los dueños de esclavos con el dinero del Estado fue su ministro de Hacienda, Domingo Elías quien tenía que entregar 370 pesos en vales por cada esclavo como indemnización por la libertad concedida.

Ricos limeños que tenían numerosos esclavos en sus haciendas de Lima y en el norte recibieron el pago de la indemnización por las libertades otorgadas y el Estado debió asumir deudas por 5 millones 200 mil pesos en vales y 2 millones 800 mil pesos en efectivo por los esclavos que se beneficiaron con la decisión de Castilla y también por esclavos que nunca existieron, pero por los que se pagó sin que tuvieran vida.

El ministro Elías dio así la mano- con dinero del Estado- a los dueños de esclavos que encontró vivos el gobierno central y de seguro el titular de esa cartera ministerial se embolsilló parte de la plata que el Perú pagó por los esclavos sirvientes que dejó San Martín. Esto prueba que en todos los tiempos hubo “vivos” que utilizaron dineros estatales para hacer negociados en forma indebida e irregular.

Domingo Elías.

Cuando Castilla salió de Arequipa con rumbo a Lima, a la Plaza de Armas de nuestra tierra fueron convocados quienes fuesen esclavos en tal tiempo y como eran tan pocos acá no llegaron los beneficios que por el pago de la libertad recibirían sus amos, pues no llegaron a 10 adultos que comenzaron a disfrutar de la libertad decretada por Castilla.

Por todo lo anterior es comprensible que en la población arequipeña no hubiera descendientes de africanos y que morenos zambos y gentes de color fueron menos que en la costa, a diferencia de los chinos que llegaron después de los esclavos y que se presentaron como comerciantes que pusieron tiendas para vender a peruanos y que con frecuencia fueran confundidos con palestinos o con turcos.

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