Harvey Colchado es un falso héroe. Él es el policía más controvertido de la historia nacional. Sobre él pesa no solo haber sido el policía de la guerra judicial y del aniquilamiento moral contra los opositores a los caviares, sino también hechos concretos que lo sindican como un “falso héroe”, cuya vida personal y policial se habría regido por antivalores.

En este informe, tenemos las pruebas tangibles, como son la existencia de carpetas fiscales, que lo sindican como autor de diversos delitos; los expedientes de procedimientos administrativos en la PNP, que dan cuenta de un oficial indisciplinado y de que sus ascensos fueron indebidos; las partidas electrónicas, donde consta la adquisición de propiedades con su solo sueldo de oficial de la Policía; el contrato del alquiler de una de sus propiedades familiares, con la finalidad de que ahí funcionara una dependencia de la Dipincri de Comas; las transferencias, a través de las cuales, en el tiempo en que Colchado fue de la Diviac, esta división de inteligencia de la PNP recibió “recursos especiales” millonarios; el acta de su matrimonio, en la cual consta que su padrino fue un juez supremo, que “apadrinó” a su cónyuge con contratos en el Poder Judicial.

Sobre todo, los últimos años de su carrera policial, como comandante y coronel, han sido puestos al servicio del grupo político llamado “los caviares”. Podría decirse que, todos los casos en los que han participado Colchado y la Diviac son asuntos que tienen un contenido político.

Resulta que, sobre todo, como jefe de la División de Investigación de Delitos de Alta Complejidad – Diviac, ha planificado y ejecutado las detenciones preliminares de Keiko Fujimori, Pedro Castillo, y de Alan García, que, como sabemos, lo llevó al suicidio.

Ha dirigido las investigaciones de magistrados contrarios a los intereses de los caviares, como son los casos de los ex fiscales de la Nación Pedro Gonzalo Chávarry y Patricia Benavides. Por último, también estuvo a cargo del llamado “caso Rolex”, que involucra a la actual presidenta Dina Boluarte.