Compras estratégicas

Por: Christian Capuñay Reátegui
REFLEXIONES
En las próximas semanas, se espera el anuncio oficial sobre el modelo de aeronave que el Perú adquirirá para modernizar su flota de combate. Según lo informado por el alto mando de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), los candidatos son el F-16 estadounidense, el Rafale francés y el Gripen sueco. La opción elegida reemplazará a los Mirage 2000 y Mig-29, aviones que, tras décadas de servicio, se acercan a la obsolescencia.
Pese a las críticas que este proceso ha generado en diversos sectores de la opinión pública debido a su alto costo –aproximadamente 3 500 millones de dólares, según el Ministerio de Defensa–, sostenemos que la compra es necesaria. Es imprescindible contar con un sistema de defensa capaz de ejercer una disuasión efectiva y de responder de manera contundente ante cualquier amenaza a la seguridad nacional.
En ese sentido, la adquisición de 24 aeronaves de combate modernas representa un avance significativo. Cualquiera de las opciones mejorará notablemente las capacidades operativas de la FAP para proteger el espacio aéreo y la integridad territorial del país, colocándola entre las fuerzas aéreas más potentes de la región.
No obstante, es importante señalar que la incorporación de estos aviones, aunque podría otorgar a la FAP una ventaja respecto a las flotas de países vecinos, no garantiza por sí sola la superioridad aérea en caso de conflicto. Para lograrla, es necesario un sistema de armas integral, donde los cazas de combate sean solo un componente de una red más amplia.
Uno de los elementos esenciales en los sistemas de defensa aérea de las potencias occidentales es el avión de alerta temprana AWACS (Airborne Warning and Control System). Estas aeronaves funcionan como radares aerotransportados de gran alcance, capaces de detectar objetivos a distancias de entre 300 y 600 kilómetros, dependiendo de la versión, y de coordinar la intercepción de amenazas. Su presencia proporciona una ventaja crucial en el combate aéreo, como lo demuestran las operaciones de la OTAN, que casi siempre cuentan con este respaldo.
En América del Sur, Brasil y Chile ya operan este tipo de aeronaves. En particular, la incorporación reciente del E-3D Sentry a la Fuerza Aérea de Chile es un punto de referencia relevante, considerando que uno de los objetivos de la modernización de la FAP es mantener un equilibrio estratégico con sus vecinos.
Al respecto, el comandante general de la FAP, Carlos Chávez Cateriano, ha declarado que, si bien se prevé la adquisición del primer AWACS para el Perú, este proceso ha sido postergado debido a que la prioridad actual es la compra de los cazas de combate. Sin embargo, cuando llegue el momento, este tema deberá ingresar al debate público, dada su importancia para la defensa nacional.