La herencia que nadie quiere

REFLEXIONES

Heredar propiedades, una colección de arte, el amor por la cocina o hasta la receta secreta familiar sería bueno, ¿no? Pero ¿qué pasa cuando lo que viene en el testamento no es un terreno en Asia ni joyas de la abuela, sino algo mucho más inesperado (y peligroso)? Bienvenidos a “La herencia indeseada”: el cáncer.
La reciente campaña de la Liga Contra el Cáncer (LCC) tiene una narrativa cómica que con un giro de tuercas busca dar un golpe de realidad. Imagina estar en la lectura de un testamento con tu familia, listos para saber qué te tocó. ¿Una casa? ¿El carro? ¿Dinero? No. Lo que recibes es un 50 % de probabilidad de heredar cáncer. ¿Quién lo pidió? Nadie. ¿Quiénes lo reciben? Todos.
Y aunque suene exagerado, no lo es tanto. Porque sí, hay tipos de cáncer que se heredan. Si en tu familia existen muchos casos del mismo tipo de cáncer, si alguien lo tuvo antes de los 50 años, si se dieron combinaciones raras (como cáncer de mama y ovario en una misma persona), es momento de encender las alertas. Pero calma, esto no significa que ya estás condenado. Tener predisposición no es una sentencia ni asegura que desarrollarás la enfermedad, es una advertencia. Y con las advertencias, lo que toca es actuar y prevenir.
La buena noticia es que la prevención existe y funciona. La mejor herencia que puedes dejar y recibir es la información, la conciencia y los chequeos oportunos. La Liga Contra el Cáncer no solo tiene clínicas especializadas y reconocidos médicos en el ámbito oncológico, sino también cuenta con unidades móviles para las constantes campañas gratuitas que se realizan en el país para prevenir que más personas mueran a causa del cáncer. Para agendar su cita a través de WhatsApp al 988-562-238, llamando al 01-204-0404.
Crear conciencia, difundir información sobre este tema poco divulgado y acceder a despistajes oportunos te va a permitir que la próxima vez que hables de herencias, te acuerdes de que existen cosas que no puedes devolver ni cambiar, pero sí puedes enfrentarlas con decisión y prevención. Entre heredar una casita y heredar el riesgo de cáncer, todos tenemos claro a cuál nos negaríamos.