Labores que demandan esfuerzo y sacrificio, pero brindan satisfacción

Jornada laboral del estibador comenzaba a las tres de la madrugada. Existen numerosos oficios, algunos de los cuales requieren un gran esfuerzo y sacrificio, pero son indispensables para mantener un hogar. Todos merecen ser valorados y respetados.

HOY DÍA DEL TRABAJO

La jornada comenzaba a las tres de la madrugada, en medio del intenso frío y el silencio que reinaba en los alrededores del mercado San Camilo. “Con la soga en mano, subía al lomo (espalda) pesados costales de papa, zanahoria y otros productos, caminando largos trechos según lo que me indicaba el cliente”, señaló Alfredo Condori Pallpamarco, estibador (cargador).

Lo encontramos en la puerta 7 (calle Tristán) del histórico mercado San Camilo, trabajando con fortaleza y energía, a pesar de sus 71 años de edad. “Empecé a los 23 años. Tenía que madrugar, porque esa era la hora en la que encontraba clientes, ya fueran compradores o comerciantes del mercado. Al inicio fue muy difícil, pero luego me acostumbré”, afirmó.

Don Alfredito, como lo llaman, cuenta que cargaba costales de más de 100 kilos en la espalda, con ayuda de una soga, recorriendo largas distancias. Inclusive tenía clientes que solicitaban sus servicios hasta la Plaza de Armas, lo que significaba caminar unas seis cuadras con la pesada carga.

“Gracias a este trabajo sacrificado pero honesto, logré educar a mi único hijo, mantener a mi esposa (ya fallecida) y tener una vivienda propia, a pesar de que los ingresos no eran altos. Vale la pena trabajar como estibador”, dijo con orgullo.

Asimismo, Alfredo Condori indicó que piensa seguir trabajando unos 10 años más: “Porque hay Alfredito para rato”. Decenas de clientes lo respetan y lo aprecian por su buen servicio, dedicación, respeto y honestidad, virtudes que ha dedicado a este oficio al que lo ha dado todo.

TRABAJO SACRIFICADO PERO SATISFACTORIO

“El servicio de taxi me permitió sacar adelante a mi esposa y a mis tres hijos. Es un trabajo sacrificado e incluso riesgoso por la inseguridad existente en la ciudad, pero satisfactorio. Si bien es cierto que no hay feriados, ni fines de semana, ni horarios fijos, lo hacemos con mucho cariño”, afirmó Adolfo Paco Medina.

La labor del taxista está llena de innumerables experiencias y anécdotas, ya que cada pasajero tiene una historia distinta. Es una labor que se realiza bajo el frío o el calor, por la mañana, tarde o noche. Pero al final de la jornada, decimos con orgullo: ‘labor cumplida’.

Han pasado más de 15 años desde que comenzó esta labor, años en los que muchas veces ha tenido que sacrificar momentos con su familia. “Mi esposa e hijos siempre me dan su bendición antes de salir, para que no sufra accidentes o sea víctima de actos delictivos, porque los que trabajamos como taxistas estamos expuestos a esos riesgos”, relató

Reveló que es comunicador social de profesión, pero al formar una familia se vio en la necesidad de trabajar como taxista. “No me arrepiento. Gracias a este trabajo tengo mi casita, eduqué a mis tres hijos y puse el pan en la mesa, siempre con el apoyo incondicional de mi esposa”, expresó Adolfo Paco, quien también es presidente de la Cámara de Empresas de Taxi de la Región Arequipa.

Recordó que comenzó conduciendo los famosos ‘ticos’, pequeños vehículos muy útiles para el servicio de taxi. Hoy cuenta con un auto que cumple con las exigencias de las autoridades. “Si me dieran a elegir un oficio, volvería a ser taxista”, enfatizó.

Finalmente, recordó que detrás de cada taxista hay una familia. En Arequipa, más de 45 mil familias dependen del trabajo de un conductor.

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