Vientos a favor: El Impulso Exportador Peruano al Inicio de Año


Los dos primeros meses del año han registrado un crecimiento significativo en las exportaciones peruanas, impulsado por la agroindustria y la minería, pero destacando especialmente la diversificación de mercados y la expansión de productos no tradicionales. Este aumento genera un impacto positivo en la economía nacional, creando empleo y fortaleciendo la imagen del Perú como proveedor global confiable. Si bien el panorama global presenta desafíos, este impulso inicial requiere un esfuerzo coordinado entre el Estado y el sector privado para consolidar el crecimiento y asegurar un futuro económico más próspero para el país.
Si bien los titulares a menudo se centran en los desafíos y las incertidumbres del panorama global, es crucial detenernos y analizar este impulso positivo que irradia desde nuestros puertos y fronteras.
Durante los dos primeros meses de este año, las cifras de exportación han superado las expectativas, marcando un crecimiento que invita al optimismo cauteloso. Este aumento no es un mero espejismo estadístico; refleja un esfuerzo sostenido por parte de los productores y exportadores peruanos para diversificar mercados, mejorar la calidad de sus productos y adaptarse a las demandas de un mundo en constante evolución.
¿Qué le falta al exportador peruano para despegar?
Imagina al exportador peruano parado al borde de una pista de despegue global, con productos de calidad y el potencial de conquistar mercados lejanos. Sin embargo, su vuelo aún no alcanza la altitud crucero. Lo que le falta para ese despegue definitivo son pistas más lisas y amplias: una infraestructura logística eficiente que acorte distancias y costos portuarios; alas más versátiles, que le permitan ofrecer una gama de productos innovadores y con valor agregado, dejando atrás la dependencia de unos pocos destinos y materias primas.
Necesita también un sistema de navegación confiable, con información precisa sobre los exigentes estándares internacionales y el camino para obtener las certificaciones necesarias. El combustible, en forma de financiamiento accesible y seguros contra imprevistos, es crucial para mantener los motores encendidos. Finalmente, requiere una torre de control coordinada, donde el Estado y las instituciones faciliten los trámites y promuevan estratégicamente el «Marca Perú» en el competitivo cielo del comercio mundial. Solo cuando estas condiciones se alineen, el exportador peruano podrá alzar vuelo con la fuerza y la constancia que su potencial merece. En este escenario la educación para sacar valor agregado al producto en términos de Marketing, Comunicación Digital y Branding, será indispensable. Bienvenidos al Marketing 5.0.
Los sectores que han destacado y los mercados que han crecido significativamente: agroindustria, minería, Huánuco y Ucayali.
La agroindustria, un pilar tradicional de nuestra economía, continúa demostrando su resiliencia y capacidad para conquistar paladares internacionales con productos como arándanos, uvas y espárragos, cada vez más valorados por su calidad y sabor. La minería, aunque sujeta a las fluctuaciones de los precios internacionales, también ha contribuido significativamente a este repunte, evidenciando la riqueza de nuestros recursos naturales.
Sin embargo, lo más destacable de este crecimiento es la expansión hacia nuevos mercados y la diversificación de la canasta exportadora. Empresas peruanas están explorando oportunidades en Asia, Europa y otros continentes, abriendo caminos para productos no tradicionales y con mayor valor agregado. Este esfuerzo por no depender exclusivamente de los socios comerciales tradicionales es una señal de madurez y visión estratégica. Y lo más significativo es que después de revisar el informe de Promperú de febrero de este año, salten dos provincias peruanas que han crecido significativamente: Huánuco y Ucayali.Por el café y el cacao.
Nuestro Perú es pura riqueza y deseo se convierta en la dispensa para el mundo.
Este incremento en las exportaciones tiene un impacto directo y positivo en la economía nacional. Genera empleo, dinamiza las cadenas productivas, atrae divisas y fortalece la imagen del Perú como un proveedor confiable y competitivo a nivel global. Además, fomenta la inversión en innovación y tecnología por parte de las empresas, impulsando un ciclo virtuoso de crecimiento y desarrollo.
No obstante, no podemos caer en la complacencia. El entorno global sigue siendo desafiante, con incertidumbres geopolíticas y económicas que podrían impactar este impulso. Es fundamental que el Estado y el sector privado trabajen de manera coordinada para consolidar este crecimiento. Esto implica seguir facilitando el comercio exterior, fortaleciendo la infraestructura logística, promoviendo la capacitación y la innovación, y abriendo nuevas puertas en los mercados internacionales.
Es un momento para celebrar este logro y, al mismo tiempo, redoblar esfuerzos para asegurar que este despegue silencioso se convierta en un vuelo sostenido hacia un futuro económico más próspero para el Perú. La ventana de oportunidad está abierta, y es nuestro deber aprovecharla al máximo.