El drama de amanecer en una cola para conseguir atención médica

Por Germán Yuca Ch. Fotos: Jorge Esquivel

Cada madrugada, antes de que el sol asome sobre Arequipa, decenas de personas ya han formado una fila silenciosa y tensa en los exteriores del hospital Goyeneche. No esperan una operación urgente ni la entrega de medicamentos; esperan, con frío y resignación, por una oportunidad: una cita médica. Una consulta que, para muchos, significa seguir viviendo.

EN EL HOSPITAL GOYENECHE:

Agustín A., un hombre de 62 años con problemas cardíacos, ha convertido estas madrugadas en parte de su rutina. “Llegué a las 3 de la mañana y ya había más de 30 personas. A veces no consigo cupo y tengo que regresar días después. No hay un trato digno para los enfermos y nadie hace nada para solucionar esto”, lamenta mientras se arropa con una manta prestada.

Como él, cientos de pacientes deben hacer largas colas bajo la intemperie para ser atendidos en especialidades críticas como cardiología, urología, endocrinología o medicina de rehabilitación. Los cupos se agotan en pocas horas. Quienes no logran ingresar, saben que deberán volver a intentarlo la próxima semana, con la esperanza de tener más suerte.

A la falta de atención médica se suma un segundo calvario: el acceso a los historiales clínicos. Para ser atendido, cada paciente debe presentar este documento, pero obtenerlo implica hacer otra cola. Y volver a esperar.

“Ya obtuve mi cita, pero ahora tengo que hacer otra cola para mi historia clínica. Estoy aquí desde las 4:00 de la mañana. Hace mucho frío, pero es la única forma de lograr algo”, cuenta Julia A., madre de dos hijos, quien acompaña a su esposo en tratamiento de rehabilitación física.

Este viacrucis diario es reflejo de un sistema de salud regional colapsado y mal comunicado. Muchos usuarios desconocen que el primer paso para acceder a una cita en el Goyeneche es acudir primero a un centro de salud cercano que emita una hoja de referencia. Pero nadie les explica eso.

“Venimos desde la madrugada, pero nadie nos dice cómo funciona el sistema. Me mandan de una ventanilla a otra. Me dicen que tengo que ir a mi centro de salud distrital. Pero, ¿por qué no informan bien desde el inicio?”, reclamó Gonzalo Ch., paciente con diagnóstico psiquiátrico, visiblemente agotado.

Pacientes sufren todos los días.

NOSOCOMIO CENTENARIO EN CRISIS

El hospital Goyeneche no es un establecimiento cualquiera. Fundado en 1912, este nosocomio lleva más de un siglo siendo uno de los pilares de la atención médica en Arequipa y el sur del país. Su arquitectura republicana, considerada patrimonio, contrasta con la precariedad de sus instalaciones internas y las limitaciones con las que lucha su personal.

Durante décadas, fue símbolo de atención solidaria, especialmente para los más vulnerables. Hoy, sin embargo, ese legado parece apagarse bajo el peso de una demanda que no deja de crecer, y de un sistema de salud que no ha logrado adaptarse a las exigencias actuales.

El hospital tiene más de 100 años, pero sigue operando con sistemas del siglo pasado. No tenemos suficientes consultorios, faltan especialistas, y hay servicios que no funcionan como deberían, confiesa un médico que prefiere no dar su nombre por temor a represalias. El personal hace lo que puede, pero estamos al borde del colapso.

PROMESAS

Desde la dirección del hospital, reconocen que el problema es grave y estructural. La doctora Paula Suclla Loayza, directora del nosocomio, explica que las deficiencias no solo se deben a la alta demanda, sino a la falta de recursos humanos, tecnológicos y logísticos. “Esta problemática no tiene cuándo acabar. Es necesario que, a nivel de Geresa, se establezca un plan homogéneo para la región”, señaló,

Existe una norma que exige la implementación de un sistema digital para la asignación de citas. Pero en la práctica, eso es hoy imposible. “No contamos con el personal ni los equipos para implementar esa modalidad. Por nuestra parte, hemos incrementado dos ventanillas más para tratar de aliviar la carga”, añadió Suclla.

La directora también admite que no se ha informado con claridad el proceso para acceder a las atenciones. Anunció que, en las próximas semanas, reforzarán la labor informativa desde la oficina de comunicaciones del hospital.

Paula Suclla Loayza, directora del nosocomio.

El rostro humano de una crisis silenciosa

Las colas en el Goyeneche son el síntoma más visible de una enfermedad crónica del sistema de salud pública en Arequipa: desinformación, falta de presupuesto, carencia de personal y una infraestructura sobrecargada. Y detrás de cada persona que espera de pie, hay una historia que duele.

“Yo vine con mi mamá de 84 años. Necesita ver al urólogo, pero no aguantó el frío y se descompensó. Tuvimos que llevarla a Emergencia”, relata Mariela, una joven del distrito de Alto Selva Alegre. “Es injusto. Mi madre trabajó toda su vida, aportó, y ahora tiene que mendigar atención”.

Los ciudadanos exigen a las autoridades respuestas concretas. No basta con reconocer los problemas: se necesitan soluciones. El clamor no es solo por una cita médica. Es por dignidad.

En una ciudad que presume modernidad, aún se madruga para ser escuchado. Y en un hospital centenario que alguna vez fue símbolo de humanidad y esperanza, hoy reina el silencio del abandono.

Deja un comentario