DE PUGNAS FRATRICIDAS A CONNIVENCIAS SUICIDAS


En forma panorámica expondremos respecto a las pugnas acaecidas en nuestra historia, a la actualidad: en el Tawantinsuyu, se dio entre los hermanos Huáscar y Atahualpa, hijos de Huayna Cápac, por el poder del cetro inca. Situación aprovechada por los españoles en su conquista, además, contaron con la ayuda de cañaris, huaylas y yungas, quienes los apoyaron para liberarse de los cuzqueños, siendo esclavizados por los ibéricos.
En la conquista se desató entre los socios Francisco Pizarro y Diego de Almagro, por la ambición del oro y encomiendas (apropiación de tierras y aborígenes para sus servicios y explotación); los pizarristas ejecutaron a Diego de Almagro y los almagristas asesinaron a Francisco Pizarro.
En la rebelión de Túpac Amaru II, la mayoría de indígenas formaron parte en las filas del ejército realista (a favor del rey de España); los demás estuvieron en las huestes del rebelde de Tinta. Nuestro primer libertador fue traicionado por gente de su entorno, siendo favorecido la monarquía europea.
En la Emancipación, con el concurso de venezolanos, colombianos, ecuatorianos, argentinos y chilenos, nos liberamos de España.
Después de proclamada y consolidada la Independencia por José de San Martín y Simón Bolívar, respectivamente; sin embargo, hubo guerra entre Perú y la Gran Colombia, dirigida por Bolívar; años después la guerra del Pacífico. Juntos nos independizamos, luego entre nosotros nos enfrentamos. ¡Increíble!
En la República, surgió entre peruanos: ejército de la confederación, compuesto por peruanos y bolivianos, estaban a favor de la Confederación Perú Bolivia; y ejército de la restauración, formado por peruanos y chilenos, enemigos de la confederación; los peruanos de ambos bandos (confederados y restauradores) decían batallar por la soberanía del Perú; más pelearon por los intereses extranjeros.
En el presente siglo XXI, tenemos pugnas intra ideológicas; en la derecha, entre los propios neoliberales; y en la izquierda estatista, entre los mismos marxistas. En el lustro 2016 – 2021, Fuerza Popular de Keiko Fujimori, tenía mayoría absoluta en el Congreso, y Peruanos por el Kambio de Pedro Pablo Kuczynski, ostentaban la Presidencia y ministerios; ambos, neoliberales, pudieron y debieron cogobernar; hicieron lo contrario, enfrentarse cainitamente, provocando la crisis política que continúa. En lo que va del período 2021 – 2026, salió elegido jefe de Estado el Prof. Pedro Castillo, postuló por el partido político Perú Libre de Vladimir Cerrón, marxista formado en la Cuba comunista de Fidel Castro, y admirador de Mao Tse Tung y su genocida revolución cultural. El presidente Castillo designó en los ministerios a “caviares”, personajes considerados de la “izquierda burguesa”; ocasionando el enojo de Cerrón, declarado
enemigo de ellos, por lo que obligó a Castillo a renunciar a Perú Libre, antes, expulsó del partido maoísta a Dina Boluarte, cuando era vicepresidenta de la República, hoy presidenta por sucesión constitucional. No se entiende cómo en tendencias políticas de una misma ideología, puedan existir fuertes discrepancias y débiles coincidencias, dando más importancia a aquéllas que a éstas.
En el Congreso actual, se da un fenómeno de ausencia de pugnas, nos referirnos a la coalición, pactada en la composición de la mesa directiva integrada por los partidos políticos de: Alianza para el Progreso, Fuerza Popular, Perú Libre y Avanza país, al cual se suma Renovación Popular, Bloque Magisterial, Acción Popular y otros; evidenciándose su eficacia: en la designación de altos funcionarios tolerantes; aprobación de leyes a favor de sus líderes procesados; y, en el comportamiento político de blindar a la presidenta y ministros.
Se unen para connivencias, no en torno a un proyecto nacional de inversión para el desarrollo en democracia con justicia social.
Debemos hacer reflexión colectiva y construir consensos, con la misión de: resolver el drama constitucional; recuperar la ética del ama sua (no seas ladrón), ama llulla (no seas mentiroso) y ama quella (no seas ocioso); y decidirnos unánimemente por el Estado constitucional de derecho donde prime la ley, se respete la ley, se cumpla la ley y se le saque brillo a la ley.