Por: Milton von Hesse – Director de Videnza Consultores

De acuerdo con las proyecciones de los principales centros de pensamiento económico, el país habría crecido en más del 3% en el año 2024. Este crecimiento revierte la caída del año previo de 0.6% la cual -si se deja de lado la que se registró el 2020 año de la pandemia- fue la primera en un cuarto de siglo desde la crisis internacional de 1998. Este crecimiento de la producción del año pasado se atribuye fundamentalmente, más allá del efecto del rebote estadístico, a la recuperación de la pesca, la agricultura, la manufactura primaria y la construcción. Este último indicador muy impulsado, sobre todo, por el fuerte crecimiento que tuvo la inversión pública en el 2024.

Según la información del MEF, el 2024 registró una ejecución récord de la inversión pública que alcanzó los S/ 57,742 millones, el nivel más alto en los últimos seis años, con un crecimiento del 16,4% respecto del 2023. En comparación con los niveles prepandemia de 2019, la inversión pública creció un 83.4%, pasando de S/ 31,493 millones a S/ 57,742 millones. En particular, los gobiernos regionales (GR) batieron el récord histórico anual de ejecución con S/ 13,697 millones, superando 3 años consecutivos de récord: 2021, 2022 y 2023, con tasas de crecimiento del 19,6%, 31,4% y 17,8% respectivamente. En contraste, la inversión privada, que es la que genera empleo e impacto sostenido de largo plazo, tendrá un crecimiento más modesto que probablemente no supere el 3%.

El crecimiento de la inversión pública ha sido posible debido al establecimiento de una política fiscal expansiva que ha privilegiado la mayor ejecución de inversiones a costa, incluso, de un creciente déficit fiscal que se acercará al 4% del PBI. ¿Cuál es el problema? Que en la medida que la expansión de la deuda vaya minando progresivamente la solidez de las finanzas públicas las condiciones de financiamiento que tiene el país se pueden deteriorar y afectar la inversión total en el mediano y largo plazo. Las políticas expansivas basadas en mayor gasto de inversión pública son sólo efectivas por periodos cortos. Para el largo plazo, la mejor receta para tener un crecimiento económico sostenido es la promoción de la inversión privada.