Por: Carlos Meneses

“La decisión de Keiko Fujimori abre puertas a un entendimiento político que el país requiere”.

No son pocos los sorprendidos por el decir de Keiko Fujimori de apoyar el proyecto de elecciones adelantadas del presidente de la República y de los congresistas del actual régimen, así como de agregar a esta determinación política el que, en tal proceso, ella no sería candidata.

Es una decisión significativamente importante por la cohesión de su bancada y por la persistencia de sus afanes para llegar a la primera magistratura de la Nación en 4 oportunidades anteriores.

Es comprensible también que la propuesta de Fuerza Popular influirá, decisivamente en la búsqueda y solución a la crisis política nacional que parece tener salida solo con el concurso común de todos los partidos y sobre todo los representados en el Congreso de la República.

Es asimismo casi trágica consecuencia de un malestar que afecta, especialmente, a los más vulnerables que no solo están desesperados por lo que ocurra con su economía y su futuro sino por las pocas perspectivas de mejores tiempos para todos.

Otros hechos políticos de escándalo han provocado que sobre la decisión de Keiko Fujimori no se hayan fijado suficientemente los ojos ciudadanos, pero es importante resaltar que quien tiene su origen político en un gobierno autoritario está tan preocupada como los demás en lo que mal puede esperar la mayoría de peruanos.

Hay que renunciar a todo por volver a la vida normal, recuperar confianza y fe en el futuro en el país nuestro no en el fujimorismo sino en la declinación de su líder para posibilitar un entendimiento. Es de esperar que semejante actitud llegue al pleno del Congreso y también a Palacio de Gobierno.

Deponer todo interés que no sea el del Perú es positivo en un momento en que soportamos la cuarta ola del COVID y no hay reales posibilidades de salir del hoyo en el que estamos.