Por: Carlos Meneses

Es impredecible lo que el presidente pueda anunciar al país en el día del aniversario de la Independencia, estamos frente a una contingencia de males que lejos de terminar se tornan más amenazantes para con nuestra economía, con la unidad nacional y con la posibilidad de una recuperación que nos reencamine al entendimiento y a la superación de las dificultades de hoy.

Alguna vez se ha sostenido que el Perú es más grande que todos los problemas que pueda confrontar. Así ocurrió en la lucha por la Independencia de las decenas de años de la Colonia y también cuando nos han azotado males naturales como terremotos, inundaciones y otros desastres como epidemias o convulsiones ciudadanas.

Si de todas esas circunstancias nos hemos recuperado liderados por hombres bondadosos, capaces, emprendedores y creyentes, no tenemos razón para desconfiar que ahora no podamos hacer lo mismo.

Será necesario un factor que puede decidir para acelerar las cosas como también fuerzas diabólicas se pueden encargar de complicarlas. Nuestra patria tiene ahora un compromiso de lucha contra la corrupción que se había debilitado, pero que ahora parece resurgir con vigor y, sobre todo, enaltece que tal empeño esté liderado por mujeres como la presidenta del Poder Judicial o la Fiscal de la Nación.

Desde luego, sabemos que en cada casa hay una estrella vigilante, promotora del desarrollo y lo que empieza en todas partes simultáneamente y con similar perseverancia tiene que tener como consecuencia el avance nacional que parece ser la mujer en el siglo tercero de nuestra vida independiente.

Por eso tenemos confianza en nuestra propia capacidad de hacer. En el caso particular y singular de Arequipa que podamos dar los pasos necesarios para superar la contingencia actual, tomarnos de las manos y liderados por hombres sabios y justos caminar mirando al futuro con seguridad y tranquilidad.