Roque Dalton
Por José Arreola
Este 14 de mayo de 2025, aquel muchacho de complexión casi famélica que sabía burlarse de la cárcel, de la policía, de los moldes escriturales y de sí mismo, hubiera llegado a los 90 mayos. En sus prolíficos 39 años, Roque incursionó en la poesía, la novela, el ensayo y el periodismo. Su formación académica estuvo también acompañada por la pasión autodidacta. Como militante revolucionario, varias veces la prisión lo “albergó”. Sufrió persecución política y tuvo que dejar al pulgarcito de América en 1961, aunque regresó en distintas ocasiones. Vivió exiliado en Cuba, México y Checoslovaquia, pero El Salvador lo llamaba y a él volvió hasta ser asesinado en Quetzaltepeque porque, además de poeta y marxista latinoamericano, quiso luchar para transformar al mundo con los desposeídos de su patria.
“El alma nacional”
Patria dispersa: caes
como una pastillita de veneno en mis horas.
¿Quién eres tú, poblada de amos,
como la perra que se rasca junto a los mismos árboles
que mea? ¿Quién soportó tus símbolos,
tus gestos de doncella con olor a caoba,
sabiéndote arrasada por la baba del crápula?
¿A quién no tienes harto con tu diminutez?
¿A quién aún convences de tributo y vigilia?
¿Cómo te llamas, si, despedazada,
eres todo el azar agónico en los charcos?
¿Quién eres,
sino este mico armado y numerado,
pastor de llaves y odio, que me alumbra la cara?
Ya me bastas, mi bella
madre durmiente que haces heder la noche de las
cárceles:
ahora me corroen los deberes del acecho
que hacen del hijo bueno un desertor,
del pavito coqueto un desvelado,
del pan de Dios un asaltante hambriento.
