Alcalde distrital de Ocoña, Waldor Llerena Torres.

Debido a que el kilómetro 782 de la carretera Panamericana Sur sigue bloqueada, el alcalde distrital de Ocoña, Waldor Llerena Torres, solicitó la declaratoria de emergencia de su jurisdicción. El bloqueo, promovido por los mineros artesanales, ha generado desabastecimiento de agua y la suspensión del servicio de recojo de basura. Pese a que se solicitó apoyo a los distintos niveles de gobierno, la falta de respuesta institucional agrava la situación.

El puente Ocoña, de aproximadamente 800 metros de longitud, es la única vía de acceso al distrito, por lo que su obstrucción perjudica directamente a los residentes. Ante el carácter indefinido de la huelga, la Municipalidad Distrital de Ocoña remitió numerosas cartas a la presidenta de la República, Dina Boluarte Zegarra; al gobernador regional de Arequipa, Rohel Sánchez Sánchez; y al alcalde provincial de Camaná, Jaime Mamani Álvarez. Sin embargo, hasta la fecha no ha recibido respuesta.

«Nosotros hemos alertado sobre esta situación para que autoridades como el gobernador regional y el alcalde provincial puedan interceder ante la presidenta de la República y los ministros de Energía y Minas, y Transportes. Ya hay consecuencias que se vienen suscitando. (…) Las camionetas 4×4 y motos están tomando rutas alternas, arriesgando sus vidas, para transportar a las personas que buscan llegar a su destino mediante transbordo», declaró Waldor Llerena Torres, alcalde distrital de Ocoña.

Aunque inicialmente eran alrededor de 4 mil los mineros que obstruían el puente Ocoña, las bases de Yanaquihua, Ispacas, Atico, entre otras, se sumaron a la protesta y ahora hay más de 6 mil manifestantes en la zona. «En Ocoña tenemos agua potable suficiente para abastecer a la población del distrito y a un reducido número de visitantes. Sin embargo, hoy hemos llegado a triplicar nuestra demanda y afrontamos escasez del recurso en algunos anexos del distrito», refirió la autoridad edil.

Por si fuera poco, la obstrucción de la vía también ha impedido que los camiones de basura trasladen los residuos generados en Ocoña hacia el botadero. En consecuencia, los residentes deben almacenar los desperdicios, lo que representa un riesgo sanitario para la población. A pesar de la emergencia, no hay una respuesta institucional ante la crisis experimentada en Ocoña.