El PBI peruano sigue en caída
Por Martín Taype – El Montonero

SEGÚN EL INEI

En términos económicos el Producto Bruto Interno (PBI) es una medida del valor de la actividad económica de un país que permite conocer el nivel de producción de bienes y servicios de una nación en un periodo de tiempo específico. Es un concepto muy importante porque en él se observa el impacto del consumo, el gasto, la inversión y el comercio internacional. Asimismo, es una variable económica relevante, dado que las empresas utilizan los pronósticos del PBI para evaluar la situación de la economía en una nación a efectos de tomar decisiones importantes en cuanto a nuevas inversiones o la contracción de las mismas.

Lamentablemente la situación del PBI en nuestro país en el primer semestre de este año ha sido mala. “La producción nacional se redujo 0,56%, en junio de 2023, explicada por el desenvolvimiento contractivo de los sectores agropecuario, pesca, manufactura, construcción, telecomunicaciones y financiero; y durante el primer semestre de este año, la actividad productiva del país se redujo en 0,45%”, afirma el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) en su Informe Técnico Producción Nacional, publicado recientemente.

Con respecto a los resultados presentados por el INEI, no me sorprende que el PBI en el Perú siga en caída, dado que la perspectiva de nuestra economía es muy incierta debido al adverso ámbito económico y geopolítico externo y a los complejos problemas de nuestro ámbito interno. Aun cuando muchos analistas de organismos gubernamentales y privados estimen que en el segundo semestre la situación se revertirá, podemos terminar el año con un PBI menor que el del 2022. 

En el ámbito económico externo somos muy vulnerables debido a nuestra dependencia a las importaciones de productos esenciales, como el petróleo, los fertilizantes y los alimentarios, que están en alza. El riesgo de guerra global influye negativamente en nuestra economía, afectando nuestro comercio internacional al consolidarse bloques económicos y militares en el mundo. 

En el ámbito interno, poca mejoría podemos esperar para nuestra economía si no hay estabilidad ni confianza en los Poderes del Estado, además de los problemas internos ya conocidos, y el impacto del fenómeno de El Niño global. Ante este contexto, los Poderes del Estado y el sector privado no tienen otra alternativa dentro de sus competencias que tomar medidas proactivas y enfrentar con estrategias viables los problemas. 

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