Adiós al periodista Vargas Llosa

Por: Carlos Meneses

Luego de escribir durante 33 años una columna periodística a la que llamó Piedra de toque, el escritor arequipeño Mario Vargas Llosa escribió ayer para el mundo el último texto, lo hizo en el diario español El País que publicó con carácter de exclusivo los artículos que empezaron con un elogio a la dama de hierro de Inglaterra, Margaret Thatcher y que en el Perú reprodujeron durante 20 años en El Comercio y luego en La República.

Lo que ha decidido Vargas Llosa, al igual que con sus libros en número cercano a los 50 y que se tradujeron a distintos idiomas, es guardar fuerzas para un ensayo que estará referido a la admirada figura de Jean Paul Sartre de quien se dice no sólo que es inspirador de su gestión literaria sino admirado escritor de la especialidad.   

Los más destacados periódicos de las capitales americanas y europeas reprodujeron los polémicos escritos de Mario que se ocupaban de temas diversos y cuya característica común era despertar nueva polémica sobre asuntos mundiales y en algunos casos referidos a Perú.

Recordamos ahora que por diferencias ideológicas, Vargas Llosa tuvo problemas con publicar sus trabajos en El Comercio de Lima y en tal ocasión se suspendieron las Piedras de toque que él escribía para el Perú. Entonces nos tocó personalmente hacer una gestión para que los escritos de Mario Vargas Llosa no dejarán de publicarse en el Perú y triangulamos tal propósito con el propio autor, sus editores de El País de España para conseguir que a través del diario La República y con una tarifa especial se pudieran publicar por 10 años más sus escritos en un diario peruano.

Hoy lo ha decidido como lo hizo con su último libro, quiere descansar cuando está a meses de alcanzar los 88 años. Él nació un 28 de marzo en 1936, poco después de la medianoche y desde allí también nació la obligación impuesta por su madre Dora Llosa, de orar por un padre que durante 13 años no conoció y al que suponía muerto.

La cabeza de la familia Llosa era Pedro y cuando se fue a trabajar a Bolivia llevó consigo a su familia, al pequeño Mario le inculcaron recuerdos y amores por esta su tierra natal y en Bolivia sólo se hablaba de temas arequipeños. Volvió 4 años después para comer por primera vez, en el año de 1940, un chupe de camarones que más que gustarle lo asustaron, pero se convirtió en su plato preferido.

SUMILLA

Vargas Llosa volverá a escribir, sin duda, porque como él ha dicho: morirá con un lapicero entre los dedos y ocupándose de los temas que preocupan al mundo y en especial a la América Latina.

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